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La cirugía Tommy John o el sueño de regresar al box

Al igual que Frank Herrera, otros lanzadores que destacaron en la pasada campaña beisbolera, como son los casos del abridor tunero Alejandro Meneses y el santiaguero Alberto Bisset, también han sido operados con la Tommy John

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

En medio de una apertura frente a los Elefantes de Cienfuegos durante la Serie Nacional 60, el pitcher de los Industriales, Frank Herrera sintió definitivamente que su codo derecho se había lesionado. Ese día estaba lanzando sobre las 89 millas con comodidad y, de un momento a otro, a la altura del tercer inning, su recta bajó de forma estrepitosa hasta las 77 millas.

Nada era casual, Frank tuvo entonces un fuerte dolor en la parte medial del codo. Y fue ahí cuando debió parar su carrera deportiva, como él mismo reconoce. Pausa que lo llevó primero al quirófano para ser intervenido mediante la afamada cirugía Tommy John, y luego a una larga recuperación de casi un año y medio.

«Con anterioridad me lesioné en el año 2015, jugando la Serie Provincial. Pero en aquel momento pude recuperarme relativamente cómodo a base de fisioterapia. Ese año tiré además muchos innings con Industriales y mi protagonismo creció, algo que, unido a mi rápida formación como lanzador, se combinaron para acelerar luego la lesión en el codo», comenta.

Al inicio estuvo parte de toda la temporada con fluctuaciones en la velocidad. E incluso, le pidió al director de Industriales de entonces, que lo movieran a la rotación abridora para tener más días de descanso.

Entre altibajos y aún sin explotar todo su talento, Herrera pudo lanzar dos Series, la 58 y 59, hasta que llegaron las molestias irreversibles, donde no pudo resolver ya ni con fisioterapia ni con tratamiento a base de células madres. Y la cirugía Tommy John resultó la única alternativa posible.

Por suerte, esta costosa operación es gratuita en nuestro país, asegura Frank, quien además encontró en el doctor Liván Peña, al profesional que lo atendió directamente en el proceso quirúrgico y de recuperación.

Alejandro Meneses está entre los lanzadores de la Serie Nacional que han retornado dominantes luego de la intervención en su codo.  Foto: Abel Rojas Barallobre

Como a tantos otros lanzadores, el diestro de Industriales salió del hospital Frank País con una intervención en su codo exitosa. «Apenas al cuarto mes de la cirugía comienzo a realizar los primeros lances de forma leve y, al octavo, realizo mi primer bullpen», asegura.

El objetivo siempre estuvo puesto en regresar a la Serie Nacional con los Leones, agrega. Al tiempo que se enfocó en mejorar su estado físico en busca de poder asimilar el rigor de una temporada de pelota larga.

En la Serie Nacional 62, Frank dejó guarismos muy positivos y llegó a ser clave para el subcampeonato alcanzado por los felinos habaneros. Este año, según refiere, se centró en estabilizar la velocidad. Y lo logró. Estuvo sobre las 92 millas como máxima, muy por encima de lo que había lanzado tradicionalmente durante su carrera.

Una lesión habitual

Al igual que Frank Herrera, otros lanzadores que destacaron en la pasada campaña beisbolera, como son los casos del abridor tunero Alejandro Meneses y el santiaguero Alberto Bisset, también han sido operados con la Tommy John. Y es que cada vez crecen los pitcher en nuestros clásicos nacionales que retornan dominantes luego de someter su codo al quirófano.

En ello tienen mucho que ver el personal médico y los preparadores físicos que han trabajado indistintamente con los lanzadores. Andrés Cañarte, por ejemplo, es uno de esos médicos deportivos que por muchos años atendió a los peloteros del equipo Vegueros de Pinar del Río y acompañó a varias de nuestras selecciones nacionales de béisbol.

Él confirma que cada vez son más las lesiones de este tipo, sobre todo, en aquellos pitcher que acumulan tiempo en el alto rendimiento. Cuando el ligamento colateral ulnar, ubicado dentro del codo, se desgarra como ocurre con frecuencia a los lanzadores de béisbol, entonces casi siempre hay que recurrir a la cirugía Tommy John para repararlo, dice.

Es un proceso complejo, agrega, porque se obtiene un injerto de tendón de otra parte del cuerpo. Luego se hace una incisión en el codo y se realizan orificios en los huesos del codo a fin de conectarlos con el nuevo injerto de tendón, el cual se asegura en su lugar como ligamento de reemplazo.

Parte de la historia

Cada vez son más los aficionados al béisbol, y al deporte en general, que han escuchado hablar en alguna ocasión de la Tommy John, pero quizá muchos no sepan por qué lleva ese nombre y cuáles son sus resultados.

Como parte de la historia queda ya el nombre a la cirugía en honor al primer jugador de béisbol que se sometió al procedimiento en 1974, el exlanzador de Grandes Ligas de Los Ángeles Dodgers y de los New York Yankees, Tommy John.

El nombre de la cirugía es honor al primer jugador de béisbol que se sometió al procedimiento en 1974, el exlanzador de Grandes Ligas de Los Ángeles Dodgers, Tommy Jhon. Foto: Tomada de ESPN  

Luego de tantos años desde su primer uso, la reconocida cirugía sigue sido uno de los procedimientos quirúrgicos que más le ha aportado a la medicina deportiva en los últimos 30 años, y a la vida activa de muchísimos lanzadores en todo el mundo. En varios casos ha resucitado carreras deportivas y ha dado la oportunidad de que vuelvan a cumplir sus sueños de subir al box nuevamente.

Para medir cuán útil es este procedimiento, y según refieren algunas investigaciones estadounidenses, cuatro de cada cinco lanzadores de MLB que se someten a la cirugía Tommy John, para reparar la rotura de ligamento del codo, finalmente volvieron a jugar, y lanzaron tan bien como lo hacían antes de su lesión. Algo que, como se ha visto, también sucedió recientemente con el diestro de Industriales Frank Herrera y con otros estelares pitcher de nuestras Series Nacionales.

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