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El arquero sierraleonés Mohamed Kamara, autor de siete paradas frente a Argelia, fue la gran figura de la jornada. Autor: AFP Publicado: 11/01/2022 | 04:13 pm
Que el fútbol es mucho más que un deporte es algo que ha quedado claro muchas veces. Sin embargo, con cada nueva historia que se escribe dentro y fuera de la cancha, se evidencia un poco más por qué esta disciplina es capaz de conmover el corazón de cientos de millones de personas.
Este martes en la Copa Africana de Naciones, el hecho más relevante del día sucedió en la llave E, cuando la selección de donde Sierra Leona logró sacarle un punto (0-0) al vigente campeón, Argelia, en el estadio Japoma de Duala.
Conocidos como los Leones Estrellas, los del oeste del continente resistieron estoicamente los ataques de los poderosos Zorros del Desierto, por quienes Yacine Brahimi, Sofiane Bendebka, Saïf Benrahma y Rami Bensebaini tuvieron las más claras, aunque sus remates terminaron siempre bloqueados por el cancerbero Kamara, autor de siete paradas clave, o marchándose fuera por muy poco.
La gesta de los sierraleoneses, quienes alinearon de inicio a seis jugadores de apellido Kamara (Kei, John, Alhaji, Musa y dos Mohamed), significó en primer lugar el fin de una racha de 26 años sin participar en este importante torneo.
Además, por si resultara poco el mérito de haber empatado ante uno de los elencos más talentosos del continente, este resultado de los «felinos» estuvo marcado por una verdadera odisea, pues tanto los jugadores como el cuerpo técnico del conjunto debieron trasladarse 2000 kilómetros en bote desde su país hasta Camerún, debido la falta de fondos que les impidió trasladarse en avión.
Pese a todas las dificultades que precedieron su debut en la máxima lid del balompié africano, fue el apoyo de su aficionados, quienes despidieron a los atletas como verdaderos héroes, con besos en los pies incluidos, les sirvió a este grupo héroes para crecerse y dejar su propia huella en la historia del fútbol mundial.
Nigeria golpeó primero
En el partido más atractivo de la fecha, disputado en la cancha «Roumdé Adjia» de Garoua, Nigeria superó a Egipto (1-0) gracias a un excelente gol anotado al minuto 30’ por Kelechi Iheanacho, quien recibió una habilitación en la frontal del área, controló con el muslo y acto seguido metió un zurdazo de volea que envió el balón a la escuadra y así batió al arquero Mohamed El-Shenawy.
El choque, correspondiente al grupo D, fue casi en su totalidad para las llamadas Súper Águilas, quienes a pesar de no superar a sus rivales en cuanto a la posesión del balón (43 por 57 por ciento), sí lograron asfixiarlos mediante el excelente trabajo de Joe Aribo, Wilfred Ndidi, Samuel Chukwueze y Moses Simon, los cuatro mediocampistas que alineó el técnico Augustine Eguavoen.
En general, los nigerianos consiguieron asediar más al arco rival que los del Norte africano (15 disparos por cuatro, con cinco entre los tres palos) y basaron su juego en cometer faltas estratégicas (15 en total, sin ser amonestados) que rompieran la circulación de la pelota entre los volantes rivales y el siempre peligroso Mohamed Salah, quien solo tuvo por una ocasión clara al 70’, la cual pudo haber significado el empate si Okoye no hubiera interpuesto certeramente su pierna izquierda.
Cierre sin daños
En el partido que cerró la jornada, también como parte del grupo D que juega sobre el verde del «Roumdé Adjia» Sudán y Guinea-Bisáu se marcharon a descansar tras un partido sin goles que los deja bastante complicados de cara a la clasificación.
Fue este un choque muy parejo en donde el esférico perteneció mayormente a los guineanos, aunque las oportunidades sí que estuvieron igualadas, pues los sudaneses sumaron diez tiros, de ellos cuatro directos a portería, mientras que los de raíces afro-portuguesas dispararon nueve veces con otro cuarteto de aciertos entre los tres palos.
Al final, reparto del botín y un reto complicado el horizonte, pues ahora ambos planteles tendrán como próximos rivales a Nigeria y Egipto, los dos favoritos para liderar este apartado.
