TOKIO.― El lunes parecía que estaba en Cuba. Todo el tiempo mirando el cielo. Tres nubes de más. Una brisa de golpe. Viene. Cuídate mucho del tifón, no salgas a la calle. De La Habana daban partes que confirmaba en Internet.
Los japoneses seguían a su ritmo. Esas bicicletas que vuelan por las aceras, lo mismo para abajo que cuesta arriba, Y uno loco, buscando provisiones. Un tifón ahora; venir de tan lejos para caer en las garras de un bicho de esos.
Compré comida para dos días. De la que se calienta en el microwave. Otro pomo de refresco. Y los tokiotas tranquilos, sin inmutarse. Cogí hasta una linterna en las manos. No, Norland. Calma. Jaba adentro, sí. ¿Me alcanzará todo esto? Eché un pan y una latica que adquirí por queso crema y era picante mexicano en envase japonés.
Ya estoy listo. Suspendieron algunas competencias de los Juegos. ¿A qué hora cerrarán mañana los centros comerciales? No, nada de eso. Nosotros alarmados y unos amigos cubanos residentes en Tokio muertos de risa. Aquí poco cambia en tiempos (meteorológicos) malos. Puede que algunos establecimientos trabajen media jornada, pero nada más.
Alguien preguntó por un dominó. ¿Y aquí no hay Rubieras? Si no hay mucho viento, me voy bajo el agua. Lo malo es pescar un catarro. Aquí está prohibido toser. Aquí y allá. Pensándolo bien, no he visto a nadie estornudar todavía.
Primero dijeron que el martes habría fuertes vientos y mucha lluvia; después las noticias fueron cambiando. Cortaron algunos milímetros a las lluvias previstas y la misma cantidad en kilómetros por hora a las rachas de aire. Después, a media noche, otro tajazo a las métricas.
Tres veces abrí la ventana de la habitación por la madrugada. Olí el ambiente húmedo. Un aguacero, otro después. ¿Voy o no voy? salí, bajo la llovizna, tras Alba. Si coge medalla y no estoy, cómo justificarme con los lectores. ¿Miedo a un tifoncito asiático?. Se fue, no viene. Sol impune desde el mediodía. Castigador, como todos los días.
Fue un Meteoro a lo japonés en tiempo real. Hace unas semanas sucedió parecido en Cuba. Lo tomamos como un aprendizaje. Otro. Par de cursos aprobados en la misma temporada: uno nacional y otro extranjero. ¿Y ahora qué hago con la linterna?