Pedro Roque tiene grandes anhelos en el equipo Cuba. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 22/03/2018 | 09:59 pm
El sábado 3 de marzo, en la Sala Polivalente santiaguera Alejandro Urgellés, comenzó para Capitalinos y otros siete equipos la primera de tres fases de la Liga Superior de Baloncesto. Los habaneros iniciaron con el pie izquierdo ante los locales, luego hilvanaron tres triunfos al hilo, para terminar ese segmento perdiendo en igual cantidad de presentaciones.
Sin embargo, en la segunda fase que se juega por estos días en la duela de la instalación capitalina Ramón Fonst, los guiados por el mentor Reinaldo Téllez han sabido aprovechar su condición de anfitriones y sin mucho ruido se han acercado al puntero del evento, Camagüey, al poseer un balance de ocho triunfos y cinco derrotas, según dijo a JR el base principal del equipo, Pedro Roque, el que mejor ha lucido en su posición con la selección nacional durante las ventanas clasificatorias rumbo al Mundial de China.
«Tuvimos una primera etapa que no fue la mejor, pero en esta segunda hemos trabajado sobre los errores, que prácticamente fueron defensivos, porque a la ofensiva estamos bien. Tenemos el lujo de contar con cuatro pívots dominantes que ninguna provincia posee y basamos casi el juego en ellos. Mientras pasemos la pelota abajo, se nos hace más fácil trabajar desde el perímetro. Las reflexiones del conjunto han estado en defender.
«Capitalinos es un equipo joven, porque las principales figuras se han ausentado a causa de contratos. Hemos conformado un team work con atletas que jugaron el Torneo Nacional de Ascenso y otros que se incorporaron después. En mi caso estoy jugando con una lesión en la rodilla, tengo una condromalacia, por lo que no aporto al tope y los entrenadores lo que me exigen es que el equipo funcione cuando entre a la cancha», declaró el joven de 22 años oriundo del Cerro.
«Mi objetivo es ser el organizador del equipo Cuba, algo que no debe estar muy lejos. Ser miembro de la selección nacional me ha permitido desarrollarme como atleta, pero nunca olvido que allí llegué trabajando muy fuerte desde la base y con mi equipo Capitalinos», conluyó.
Una canasta imposible de anotar para Gabriel
Cuando este lunes el reloj no tuvo más segundos que descontar en la Sala Polivalente habanera Ramón Fonst, comenzó una nueva era en el baloncesto femenino cubano. Sancti Spíritus barrió a Capitalinas en su propio terruño y vivieron sus miembros por primera vez el placer de sentirse campeonas. Pero las jugadoras yayaberas, tras el triunfo, asumían una colisión de sentimientos muy difícil de tolerar.
Tenían que lidiar con la crítica situación de salud de Gabriel Álvarez, el principal hombre que las condujo al pináculo del baloncesto cubano, quien se encontraba hospitalizado desde hacía varios días en Sancti Spíritus. Eilen Gilbert, Yamara Amargo y Marlene Cepeda, las tres jugadoras que entrevisté, expresaron que su entrenador luchaba sin cuartel por tratar de vencer una terrible enfermedad. Las tres hablaron sin poder contener las lágrimas, pero las palabras de Marlene dejaban muy claro la gravedad de Gabriel, y le pedía a Dios por la salvación de su profesor.
Después de disfrutar por televisión el triunfo que él fraguó, el profe Gabriel no pudo salir airoso en el juego de la vida y falleció víctima de una pancreatitis hemorrágica y con la deuda de no poder conocer a su nieta que en breve nacerá, según escribió la colega Elsa Ramos en una emotiva crónica. Así es de dura la vida a veces, cuando el momento se presta para la efusión, nos impone un silencio triste.