La pequeña Biagna tiene grandes sueños en un deporte peculiar. Autor: Periódico Guerrillero Publicado: 17/03/2018 | 08:17 pm
A Biagna Xiomara Rodríguez Lobaina el motocross le corre por las venas casi en igual cuantía que la sangre. Tiene solo diez años, pero desde hace mucho tiempo sueña con pistas y carreras para refrendar que, como reza el adagio, «de tal palo, tal astilla». Su padre, Alexei Rodríguez, y su abuelo Félix, ostentan ambos el título de campeones nacionales de esta modalidad extrema.
Ella, al parecer, no quiere ser menos, y su pasión por el deporte de motor la ha convertido, pese a su edad, en la primera fémina que practica esta disciplina en Cuba. Así lo confirmó a JR el entrenador de la muchacha, Eugenio Cabrera, quien orgulloso de su nueva pupila, informó que ella participó recientemente en la competición nacional de la categoría 10-15 años, en la cual todos sus rivales fueron varones y Biagna finalizó en el podio de la prueba hasta 125 cc.
«La niña viene despuntando, algo lógico cuando tienes en cuenta la familia de la cual proviene, repleta de campeones. Le veo muchas condiciones y estoy seguro de que va a triunfar en el futuro», añade Cabrera convencido de sus potencialidades.
La bisoña pinareña anda siempre con su casco, que le cubre casi a toda hora la cabellera rubia. Le pregunto si no le da calor y ella niega de forma contundente. Es delgada e intranquila en todo momento, excepto cuando maneja su motor. Sin embargo, dice temerle a las cámaras y los micrófonos, los cuales la inhiben. Conversamos sin ninguno de estos aditamentos.
Asegura que comenzó a practicar el deporte por su papá y el resto de los familiares (su tío y primo paternos también son campeones nacionales de la disciplina), hasta que hace poco tiene moto propia y puede practicar con total libertad.
«Empecé con una bicicleta, y aunque no había manejado la moto siempre me fijaba en cómo lo hacía mi papá. Hace un tiempo mi tío me compró una para que practicara motocross y fuera incursionando poco a poco en este deporte», asegura con timidez infantil de la cual, según me cuentan sus familiares, se despoja por completo al entrar en la pista.
«Es impresionante cuando recorres las carreteras encima de la moto, es una experiencia que me gusta mucho. Cuando salto alto, muy alto, me da un poco de miedo, a veces se me va un grito», narra con sonrisa picaresca.
Su madre, Darisleibys Lobaina, quien también aprendió a montar la moto hace diez años, cuenta: «Al principio sentía temor al ver a mi hija tan pequeña dando esos saltos en las lomas, pero ella se siente bien cuando lo hace y nosotros estamos felices».
Añade que, por cuestión de seguridad, «le hemos comprado todos los complementos necesarios para que no se haga daño, desde las rodilleras, coderas y botas, hasta el traje y el casco, todo con el fin de que no sufra golpes. Ella se ha caído en algunas ocasiones y estos accesorios la han protegido».
El principal impulsor de la incipiente carrera de Biagna es, sin dudas, su padre Alexei Rodríguez, multicampeón nacional de motocross, quien no se esfuerza en ocultar la satisfacción porque su hija transite por el mismo sendero que el resto de la familia.
«Como ella misma dice, creo que la euforia que tiene por las motos está dada por la tradición familiar, nosotros somos todos apasionados de este deporte y ahora me siento feliz de que ella se haya embullado y creo que tiene un gran futuro por delante.
Por las condiciones naturales que posee Biagna, el comisionado nacional de la disciplina ha mostrado particular interés en la niña pinareña: «Él ha hablado con nosotros, nos dijo que la siguiéramos y que estaba dispuesto, desde su posición en la dirección de este deporte en el país, a ayudar en todo lo posible», añade Alexei.
Si se cumplen las predicciones, la joven Biagna estará pronto representando a Cuba en competencias internacionales. Tendrá el privilegio y la responsabilidad de ser la primera fémina en hacerlo. Según sus familiares, está previsto que próximamente viaje a República Dominicana para continuar con su progresión.
Lo más llamativo de esta historia es que, lo que comenzó por un embullo infantil, puede convertirse de súbito en un hito para el deporte cubano. Mientras Biagna practica motocross, abre la puerta para que se unan otras mujeres en un futuro cercano. Por demás, asegura que la familia Rodríguez, de la carretera a La Coloma, en Pinar del Río, seguirá dando de qué hablar en este excitante deporte a nivel nacional. El legado parece no tener límites.