Otra vez Danny Aguilera, con un buen relevo, aseguró el trascendental éxito de los Piratas. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:05 pm
El triunfo diurno de los vegueros pinareños les puso algo de presión, pero la supieron disimular hasta el último out. Otra vez, todos alrededor de la lomita, unidos por las manos, brincando de júbilo, celebraron el triunfo que apuntaló una actuación histórica. Los Piratas de la Isla de la Juventud pusieron el pecho a los pronósticos adversos, hicieron de la garra, la fe y el deseo armas de incalculable calibre, y con ellas se abrieron un espacio en la inminente postemporada del béisbol cubano.
Tan impresionante fue el cierre de campaña de los pineros, como increíble resultaron las dos barridas encajadas por Industriales, que deberá postergar un año más las aspiraciones de regresar al trono. Sin embargo, esta implosión azul no resta ningún mérito a la tropa de José Luis Rodríguez Pantoja. Al contrario, suma porque, como quiera que se mire, se trataba de una pelea desigual sobre el papel. Pero la pelota se juega en los diamantes.
Dentro del difícil Coloso del Cerro, el equipo isleño volvió a lucir superior. Atacó en la misma apertura, y tuvo capacidad de respuesta cuando la nave anfitriona le pegó su proa. Por segundo día consecutivo, un Luis Abel Castro en estado de gracia puso de su pólvora, pero ahora el papel de salvador lo encarnó el inicialista Luis Felipe Rivera, pues su fogonazo en el noveno inning —cuando prefirieron lanzarle con la primera desocupada y empate en el pizarrón— destrozó las esperanzas vueltabajeras.
El oportuno cañonazo del inicialista Luis Felipe Rivera decidió el duelo.
No obstante, ante los muchachos de Alfonso Urquiola habrá que quitarse el sombrero. Sin dudas, fue un torneo difícil para ellos. Comenzaron titubeantes, superaron el primer corte cuando casi se cerraba la puerta, y cuando parecían encarrilados, terminaron con una nómina «remendada» por todos los costados.
En la despedida de este jueves, demostraron total amor a la camiseta, a la historia. Estuvieron a tres outs de capitular, de hacer estéril el último enfrentamiento entre Leones y Piratas, pero cerraron filas para rescatar el triunfo que extendió, al menos por unas horas, la ilusión sostenida contra viento y marea.
Al menos, quedó para el recuerdo el épico triple de Donal Duarte que empujó el empate, y luego su carrera de sprinter hacia el home que «amarró» el éxito frente a unos Cazadores artemiseños sin más recompensa que la de un triunfo más para el balance final.
Así, quedó la escena lista para que el próximo martes, en el Victoria de Girón yumurino, desembarque la entusiasta tropa de filibusteros. Con ese cruce de armas comenzarán unas batallas decisivas de visos rarísimos, con todos los clásicos «grandes» de la pelota cubana —entiéndase Pinar del Río, Industriales, Villa Clara y Santiago de Cuba— mirando de lejos el desenlace de la temporada.
Están los que se ganaron sobre el terreno el derecho a pelear por el ahora vacante trono, y que nos regalarán emocionantes jornadas. Eso tiene muchas lecturas, pero se trata de un juego, hablamos de la pelota, así que cada quien saque sus propias conclusiones.