Harold Torres (abajo) ofreció uno de los mejroes pleitos de la jornada. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 06:04 pm
Cuando en una competencia de alto nivel —o que al menos pretende eso— se deciden por penalizaciones los tres títulos en disputa de una jornada, uno se rasca la cabeza, abre la boca como pescado en tarima y reza por compensar el aburrimiento con los pisotones de la guagua o las colas por la papa en el agromercado. El Campeonato Nacional de Judo, rama masculina, tuvo en su segunda fecha un mar de bostezos, y tal vez la explicación de por qué la selección grande de Cuba solo cuenta con una figura de renombre internacional.
En total fueron nueve combates y cuatro de ellos tuvieron decisión por shido (amonestación). El resto, aunque culminó con acciones válidas, mantuvo a la afición con los glúteos dormidos —entiéndase pegados a los asientos—, con excepción del pleito inicial, que pareció absorber todas las emociones de la tarde en el Coliseo de la capitalina Ciudad Deportiva.
«El torneo tuvo un nivel aceptable, pero hay que seguir trabajando en el aspecto técnico. No estamos a la altura de la exigencia del judo mundial, en el que es casi obligado marcar para imponerse. La tendencia de muchos es lograr un shido y acomodarse, no ganar con técnicas, y eso es un error estratégico que además desluce el combate», explicó Justo Noda, entrenador principal de la selección masculina nacional de judo.
«Tenemos que hacer más eventos nacionales, porque competimos muy poco. Un solo campeonato de primer nivel no es suficiente», ahondó Noda.
En el primer pleito de la tarde se enfrentaron por el bronce Harold Torres Logola (60 kg-HAB) y Ofelio David Pérez (ART). Harold marcó Wasari a los 45 segundos y yuko diez pestañazos después. Otro yuko a los 3 minutos decretó el marcador definitivo y le otorgó la victoria en un pulso con nombre propio.
Por la otra medalla de bronce en discusión en esa misma división pugnaron Rolando Montero Rodríguez (GRM) y Juan Muñoz Lisama (SSP), con destaque para el espirituano, quien sacó un yuko debajo del judogi y sentenció cuando la Regla de Oro (tiempo extra en el que vence el primero que marque) tensaba los nervios. La corona se la llevó Roberto Almenares Lázaro (HOL), por descalificación de Jorge Turca Rodrígez GTM).
En los 66 kg chocaron en pos del metal bronceado Juan R. Gillot Calderín (STG) y Maikel Mackensie Londres (GTM). Aquí otra vez las penalizaciones tuvieron la voz cantante, pues el de la tierra caliente triunfó por acumulación de shidos.
Por suerte, un ippón del habanero Gilberto Solar desperezó al graderío, ya que fulminó por la vía rápida a Gleidiel Ourrutinier (CFG). La aureola adornó la testa de Osniel Solis Izquierdo (HAB) —con la misma película durmiendo a los espectadores—, cuando Carlos Thondique Sotero (VCL) fue descalificado.
Christian Recio Rodríguez (CMG) guardó el bronce en los 73 kg, al marcarle wazari-awasete-ippón a Ellismay Rodríguez (SCU); y Eduannis Morales Acea (CFG) superó por wazari a Ángel Infante Álvarez (HAB).
Magdiel Estrada Cala (MTZ) cerró la velada al preservar el trono de los 73 kilogramos, pero nuevamente el shido se hizo presente para perjudicar a Randy Hernández (SSP).