Cuatro imparables sucesivos, entre ellos el doblete con dos hombres en bases disparado por Yordanis Samón sonó como un toque a degüello e hizo saltar de la lomita al abridor anfitrión Luis Manuel Suárez. Autor: Juan Moreno Publicado: 21/09/2017 | 06:01 pm
Al momento de redactar estas líneas eran los Alazanes granmenses, por mínima diferencia, los más ganadores en la segunda fase de la presente Serie Nacional. Y con toda lógica, son los discípulos de Carlos Martí quienes más veces han pasado la escoba en lo que va del tramo, para infortunio de las novenas de Artemisa y Pinar del Río.
Dos barridas habían protagonizado también durante la etapa clasificatoria, para quedarse a solo una de las novenas de la Isla de la Juventud y Matanzas, los más pulcros en ese lapso, en el que las representaciones de Cienfuegos, Camagüey, Guantánamo y Villa Clara se quedaron con los deseos de darse el gustazo.
Pero la posibilidad de extender ahora sus inmaculados «procedimientos» tendrá que esperar por el regreso a las hostilidades, luego de su división de honores este miércoles en el ultramarino parque Cristóbal Labra, recinto maldito para casi todos los equipos que han anclado allí durante la actual campaña beisbolera.
La lluvia de la jornada anterior forzó el doble programa y a primera hora se desbocaron los Alazanes, de tal forma que necesitaron solo siete entradas para hundir la nave de los filibusteros. El desafío tuvo un primer tercio ajustado, pero a la altura del cuarto episodio se desató un verdadero pandemónium para los locales.
Cuatro imparables sucesivos, entre ellos el doblete con dos hombres en bases disparado por Yordanis Samón —el primero de los dos que conectó en la entrada—, sonó como un toque a degüello e hizo saltar de la lomita al abridor anfitrión Luis Manuel Suárez. Cuatro rescatistas acudieron a su auxilio, y ninguno pudo controlar la hemorragia que se tradujo en un racimo de diez anotaciones.
El inicialista visitante tuvo una jornada perfecta en cuatro turnos, y fletó su tercer doble cuando corría el sexto acto lo que hubiese sido suficiente para redondear el marcador de KO, pero sus compañeros siguieron facturando para respaldar la faena monticular del derecho Lázaro Blanco, quien se convirtió en el primero en llegar a diez victorias en el torneo.
Luego, en el choque vespertino, la poderosa artillería granmense fue dominada por el refuerzo tunero Yoalkis Cruz hasta la octava entrada, cuando intentaron la remontada. Entonces llegó el apagafuegos Dany Aguilera para minimizar los daños, pero no pudo impedir el equilibrio en el pizarrón.
Fallida para los visitantes volvió a ser la aparición del incorporado Carlos Juan Viera en función de cerrador. El tunero retiró con facilidad a los dos primeros bateadores, pero Velázquez le conectó un doble, llegó a tercera por un wild y anotó la decisiva propulsado por Dainier Gálvez.
También en igualdad de condiciones está el cruce entre los Cazadores de Artemisa y los Tigres avileños, pues estos últimos tomaron desquite. Hubo abrazo en el marcador hasta la octava entrada, en la que los dirigidos por Roger Machado fabricaron el definitorio racimo de tres anotaciones: la primera remolcada por el doble del experimentado refuerzo Ariel Borrero, la segunda gracias al triple del receptor Osvaldo Vázquez, y la otra empujada por el hit de Humberto Morales.
El espirituano Ismel Jiménez regresó por todo lo alto a la nómina de los Tigres después de estar alejado momentáneamente por problemas personales y firmó su séptimo éxito de la contienda, apuntalado por el efectivo cerrojo de Yunier Cano.
Al cierre, el santiaguero Alberto Bicet, ahora defendiendo los colores de Industriales, se sumó al selecto club de los lanzadores con cien o más éxitos en series nacionales.