Es verdad que en cuestiones de ajedrez, cuando están en la misma competencia los jerarcas, lo mejor es no hacer pronósticos y quedarse callado. En la anterior edición me aventuré a vaticinar que lo más probable era que el líder del Grand Prix de Bakú, el italiano Fabiano Caruana (2844), siguiera halando solo el pelotón. Y me equivoqué.
Caruana quiso relajarse con el hasta entonces último hombre en la cola, Dmitry Andreikin (2722), y este le hizo una zancadilla, aprovechada por el veterano Boris Gelfand (2748), quien negoció el empate con Rustam Kasimdzhanov (2706), para el abrazo en la cúspide del certamen, con 4,5 puntos.
Este jueves se jugó la séptima ronda del fortísimo torneo y quizá por eso de que ese número tiene sus embrujos, su mística, otro que se paseaba con altanería por la tabla de posiciones, Hikaru Nakamura (2764), también se fue en blanco en su cotejo con Sergey Karjakin (2767).
Los otros cuatro duelos quedaron en tablas, entre ellos, como va siendo costumbre, el del cubano Leinier Domínguez (2751) con Teimour Radjabov (2726). El muchacho de Güines utilizó las piezas negras en una partida que ambos protagonistas calificaron posteriormente de divertida.
Similar tratado de paz rubricaron Evgeny Tomashevsky (2701) y Shakhriyar Mamedyarov (2764), Peter Svidler (2732) y Alexander Grischuk (2797).
Ahora, Caruana y Gelfand son asediados por Karjakin, Kasimdzhanov y Radjabov, los tres con cuatro unidades. Otro trío marcha del seis al ocho: Tomashevsky, Nakamura y Svidler, con tres y medio puntos. Luego, sin novedad en su novena silla, Leinier con tres «kilos». Y para cerrar el ordenamiento, otra terna de trebejistas: Andreikin, Grischuk y Mamedyarov, con 2.5.
Hoy, en la octava fecha, habrá pareos muy interesantes, Caruana-Kasimdzhanov, Grischuk-Andreikin, Leinier-Svidler, Radjabov- Tomashevsky, Karjakin-Mamedyarov, Nakamura-Gelfand.