Atletas cubanos de esgrima. Autor: Cortesía de la Federación Cubana de Esgrima Publicado: 21/09/2017 | 05:53 pm
Hace unos días, en la ciudad rusa de Kazan, a cuatro esgrimistas cubanos no solo les resultó raro el idioma del país del que tiempos atrás nos llegaban los dibujos animados.
Allí se sintieron parte de un gran espectáculo que distribuyó los roles entre 187 espadachines participantes en el Campeonato Mundial de Esgrima.
Y digo espectáculo porque las seis salas destinadas para la competencia permanecieron a oscuras. Solo los escenarios de los duelos quedaron alumbrados. De este modo, el público presenciaba mejor los combates y el show luminoso que representaba cada toque, válidos en todo el cuerpo, excepto en la nuca. Porque con cada touché se iluminaba el área de la pista del que marcaba.
Disperso en distintas salas quedó el cuarteto integrado por Fidel Ferret, Yunior Reytor Venet, Ringo Quintero y Reynier Henríquez. El joven entrenador Jaine Hernández corría de un lado a otro para apoyar a sus muchachos. El profe sentía la misma tensión que sus discípulos, pero con frases alentadoras disipaba el nerviosismo.
En la primera vuelta dejó ganando a Ringo en su primer combate y apresurado salió a asesorar a los otros. Cuando regresó, Ringo había perdido tres asaltos y también andaba mal Reynier, quien hacía dos años no competía internacionalmente. Solo Yunior Reytor y Fidel Ferret sobrevivieron la vuelta clasificatoria.
El preparador, quien dialogó con Juventud Rebelde vía telefónica y por correo electrónico, consideró que Yunior tuvo mejor desempeño en esta fase, aunque en lo adelante no le fue igual.
«Con facilidad venció al marroquí Amine Faleh (15-9). Pero las cosas se le complicaron con el sudcoreano Kyoungdoo Park, quien le ganó por marcador de 15-10. A la postre, Park ganó la condición de doble subcampeón mundial en la espada, individual y por equipo.
«Fidel Ferret, aunque no estuvo tan bien en la clasificatoria, realizó dos excelentes combates que le permitieron avanzar a la ronda de 64», comentó el entrenador.
Primero consiguió derrotar al noruego Bartos Piasecki, subcampeón olímpico, con marcador de 15-12, y luego al alemán Christoph Kneip por 8-6.
En el pase a la vuelta de 32, Ferret cedió por 10-15 ante el ucraniano Bogdan Nikishin. Aun así, fue el de mejor resultado al ocupar la plaza 60 y sumar cinco puntos a su escalafón. Le siguió Yunior Reytor, en el puesto 81. Detrás quedaron Ringo (150) y Reynier (151). Mas Jaine no está conforme.
—Sé que esperabas mejores actuaciones de tus muchachos…
—Sí, sobre todo en el certamen por equipos y en la competencia individual tenía aspiraciones con Ringo. De los cuatro, es el atleta de mayor trayectoria competitiva y no pudo vencer la presión del primer día; pero de conjunto lideró a los muchachos como esperábamos.
«Aunque marcó 13 toques y sus compañeros Yunior y Fidel se anotaron 12 cada uno, él empezó dando ventaja al equipo, luego descontó el marcador (desfavorable por un punto para nosotros) y sacó dos toques de ventaja».
Sucedió en el cruce con Polonia, que ocupa el séptimo lugar del ranking mundial y eliminó a los cubanos con marcador de 45-37.
—Así y todo Cuba quedó en el lugar 26, de 36 naciones participantes, y obtuvo 16 puntos para el escalafón mundial…
—Bueno, pudimos hacer más. Hasta el sexto asalto logramos mantener la ventaja, pero en la última ronda los polacos se nos fueron arriba. Entonces nuestra estrategia de combate cambió, y nos vimos forzados a atacar para descontar en el marcador, lo que no salió bien. En esta ocasión, Fidel Ferret no estuvo tan bien como en la lid individual.
En Kazan el preparador cubano recibió elogios del prestigioso entrenador Daniel Levavasseur, forjador de más de 50 medallas olímpicas y mundiales. El francés, quien trabaja ahora con el equipo chino, reconoció que veía talento en sus muchachos. «Entrenan muy bien, solo les falta salir un poco más para madurar competitivamente», le comentó.
Entre los objetivos inmediatos del preparador están los de «lograr que los muchachos aprendan a trabajar solos, a superar la presión competitiva y resolver los problemas de forma independiente. Eso solo lo da la competencia y el tiempo de trabajo», asegura.
«Nuestras metas van por etapas. En América, dice, hemos avanzado: el año pasado fuimos bronce en Cartagena, Colombia, y recientemente campeones. Nos falta entrenar más duro para mejorar. Asumo la responsabilidad. Vamos a trabajar sobre las deficiencias que vimos en Kazan.
—¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la preselección masculina de espada?
—Tenemos que fortalecernos psicológicamente, ser más disciplinados tácticamente. Nuestra preselección la integran ocho atletas, con un promedio de edad de 20 años. Son muchachos muy entregados al entrenamiento, a las competencias, y están deseos os de alcanzar grandes resultados. Eso les favorece, al igual que sus excelentes condiciones físicas. Es un equipo de más de 1,90 metros de estatura, superior a la media mundial, y eso da ventaja en el alcance. Además, son rápidos y explosivos, aunque debemos aumentar su masa muscular.
A partir de mañana el cuarteto mundialista se incorporará a los entrenamientos. Como su entrenador, sueñan con recuperar los resultados históricos de la espada varonil cubana y regresar a la élite mundial. De inmediato, tienen entre sus prioridades reinar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de noviembre próximo.