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Yuniesky Quesada ocupa el lugar 96. Autor: Raúl Pupo Publicado: 21/09/2017 | 05:51 pm
Pogba corría como un loco de un lado a otro, a veces sin brújula y sin compostura, con tres pulmones cosidos a la espalda y otro en el bolsillo, por si las moscas. Nadie se acordaba del petróleo ni de las amenazas de guerra; ni de Hannibal Lecter, digo, Luis Suárez; ni de Facebook —que ya es mucho decir—. Pogba fue el físico personalizado de Francia ante los nigerianos. Pogba anotó en el minuto 79. Pogba esto, Pogba aquello.
Sucedía a la 1 y 24 de la tarde del lunes, justo en el momento en que me enteraba de que ya estaba actualizado el ranking de la FIDE y que por primera vez en la historia tres ajedrecistas cubanos aparecían en el top 100. Magnus Carlsen (2877) continuaba en la estratósfera, Leinier Domínguez se acomodaba en el puesto once, pero ninguno se había enterado… veían el fútbol. El Mundial es una especie de brujería hipnótica adictiva.
Lo cuento ahora para que ambos lo sepan —si es que en Noruega entienden el español y si es que Leinier tiene tiempo para hacer tiempo lejos del televisor—. El mejor exponente de Latinoamérica amaneció con 2760 puntos Elo, por detrás del galo Maxime Vachier-Lagrave (2766), desde mayo inquilino del cuarto 10.
Por su parte, el tunero Lázaro Bruzón (2696) aparecía a un suspiro del selecto club de los 2700, ahora anclado en el escaño 52. Mientras, el villaclareño Yuniesky Quesada (2655) rubricaba el coeficiente más alto de su vida y ahora es dueño del puesto 96.
Por Cuba luego firman Isam Ortiz (2592), sitial 249 y Yuri González (2546), lugar 462, para completar el quinteto que nos representará en la próxima Olimpiada Mundial, con sede en Tromso, Noruega.
En la decena vanguardista, después del líder Carlsen aparecen el armenio Levon Aronian (2805), el ruso Alexander Grischuk (2795), el italiano Fabiano Caruana (2789) y el estadounidense Hikaru Nakamura (2787). El asiento seis está ocupado por Sergey Karjakin (Rusia-2786), y detrás trotan el indio Viswanathan Anand (2785), el ruso Vladimir Kramnik (2777), el búlgaro Veselin Topalov (2772) y el ya mencionado Vachier-Lagrave.
