María Celia Laborde y Dayaris Mestre, levantaron al graderío en el Coliseo capitalino. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:50 pm
Satisfactoria rúbrica en histórica «exhibición» de judoguis. Realmente, jamás imaginé que Cuba haría el uno-dos (título y medalla de plata) en la división que abriría las persianas al Grand Prix de judo La Habana 2014, primero que le concede a nuestra Isla la Federación Internacional de Judo (IJF, siglas en inglés).
Por eso, las palmas para María Celia Laborde, quien superó en la final por shido (penalización) a su coequipera Dayaris Mestre, en la justa que finalizará mañana en el Coliseo de la Ciudad Deportiva capitalina.
Para llegar a esa disputa de cetro, Laborde tuvo que superar a la brasileña Gabriela Chibana, a la rusa Irina Dolgova y a la china Shugen Wu, bronce en la Copa del Mundo de París 2007; en tanto Mestre tuvo que sacar el extra para imponerse a la española Julia Figueroa y, en semi, a la brasileña Sara Menezes, campeona olímpica de Londres 2012.
«Mi combate más difícil fue contra la china (Wu). Pero he entrenado bien y pude imponerme. A Mestre ya la conozco, entrenamos juntas y hacemos las mismas técnicas. Lo importante era ganar y obtener los 300 puntos para el ranking mundial», comentó Laborde a JR tras culminar la premiación.
Las chicas obtuvieron otro título, por intermedio de la doble medallista de plata olímpica Yanet Bermoy (52), quien entre otras, debió vencer a la rusa Natalia Kuziutina y a la experimentada israelita Gili Cohen. En pos del cetro, ganó por no presentación de la brasileña Erika Miranda, lesionada tras un fuerte golpe en las costillas.
Y la cuarta medalla cubana, también entre las féminas, fue el bronce de Alicia Ojeda (57), al vencer por ippón a la alemana Miryam Roper.
Los varones no pudieron subir al podio en las divisiones de 60 y 66 kilogramos. En los 60 ganó el favorito georgiano Amiran Papinashvili, en tanto el ruso Mikhail Pulyaev venció en los 66.