Cuando usted lea estas líneas, la selección masculina cubana de voleibol habrá jugado su último partido internacional de la presente temporada. Era el elenco de Puerto Rico el rival que marcaba el cierre, y en juego estaban las medallas de bronce del torneo de la Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe (Norceca), que este sábado bajó sus cortinas en la ciudad canadiense de Langley.
Las aspiraciones de discutir el cetro, y de paso mantener las posibilidades de extender la actividad competitiva internacional con la clasificación a la próxima Copa de Grandes Campeones, se desvanecieron al ceder ante los anfitriones en una de las series semifinales.
Al duelo no salían los ahora dirigidos por Rodolfo Sánchez con la etiqueta de favoritos. Los locales habían dominado su grupo eliminatorio sin perder un set y extendieron su impecable paso al imponer su ley en sets corridos con cómodos marcadores de 25-14, 25-17 y 25-21.
Lamentablemente, el opuesto Rolando Cepeda no pudo repetir sus anteriores faenas, y apenas pudo aportar cinco unidades a la colosal tarea de seguir en la pelea por el trono. No mucho más pudieron sumar los atacadores auxiliares Lázaro Fundora y Javier Jiménez, quienes se retiraron con solo nueve y seis puntos, respectivamente.
En la otra «trinchera», Rudy Verhoeff llevó la voz cantante a la ofensiva con 14 puntos, y una cantidad similar se apuntó John Gordon Perrin.
En el otro cruce semifinalista, el favorito elenco de Estados Unidos sometió en cuatro mangas (25-13, 24-26, 25-20, 25-16) a la representación boricua para apuntalar sus opciones al título. Matthew Anderson fue el mejor anotador con 15 puntos, seguido de Maxwell Holt y William Priddy, ambos con 12, uno más que Troy Murphy.