El luchador grecorromano Mijaín López tomará un 2013 semisabático. Autor: Abel Padrón/ACN Publicado: 21/09/2017 | 05:28 pm
PINAR DEL RÍO.— Estiró los brazos, se los sacudió con esa mole de músculos en sus más de seis pies de altura; dio brincos tratando de espantar aquel puro nervio que le entrecortó la voz. No había combate más incómodo, rival más difícil. El estrés se lo «comía vivo», la lucha con el turco Riza Kayaalp, quien le venciera en el Mundial de 2011, parecía juego de niños. ¿Cómo salir de la situación?
Mijaín López hizo lo que siempre sabe hacer: ser él mismo. Bonachón, amigable, gente de pueblo, en medio de una muchedumbre de personas que le convocaba a unas palabras ante el recién recibido Escudo Pinareño, respondió como solo él sabe. Un discurso tenía preparado, pero eso es «cosa de otros». «Señores, aquí hay Mijaín para rato, seré el de siempre. Estoy muy agradecido por este reconocimiento. Para mí el deporte es lo máximo, pero las palabras se las debo». No hacía falta decir más. Se «echó», literalmente, a todos en un bolsillo.
2012: Cierre con broche de oro
Para el luchador greco, considerado por sexta ocasión en su carrera deportiva como mejor atleta de deporte individual masculino a nivel de país, recibir el máximo galardón otorgado por la provincia pinareña representa un compromiso con su pueblo, con su tierra natal, con sus seguidores. «No los defraudaré, me brindan un gran honor con este premio», aseveró a la prensa, una vez culminado el acto de entrega.
El galardón, concedido a contadas figuras del deporte en el territorio, viene a «cerrar con broche de oro», según las propias palabras de López, un año fructífero.
«Ha sido un buen período. Uno de mis mayores logros fue alcanzar la medalla de oro en las Olimpiadas, estuve en óptimas condiciones en cada uno de mis combates. Sentí un inmenso placer de confirmarle al pueblo que podían contar con Mijaín, que no tenía rival», recordó.
El ídolo de Herradura confesó también como uno de sus momentos cumbre en el año que se despide, el alcanzar su título de licenciado en Cultura Física. «Llevaba años tratando de discutir mi tesis, pero los compromisos internacionales me lo impedían. Graduarme era una de mis grandes sueños», rememoró.
Campeón igualmente de Beijing 2008, López no perdió ningún combate en el actual período; obtuvo además las máximas preseas en el Campeonato Panamericano de Colorado Spring, Estados Unidos; en el Trofeo de Milone, Italia; en el Torneo Internacional Granma, La Habana; y en el Campeonato Nacional de Primera Categoría.
Asimismo el abanderado de la delegación cubana a la cita estival explicó asumir como un gran reto su actual nominación para diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular. «Es un enorme desafío ser la voz de los tuyos, que te seleccionen para que defiendas sus derechos, es un orgullo para mí. Lo haré lo mejor posible».
«Y ahora el Escudo Pinareño: ha sido un tremendo 2012. Este reconocimiento solo me compromete a dar mucho más de Mijaín», aseguró quien no titubea en manifestar que en el Occidente cubano están «su casa, su vida, su todo. No hay Mijaín López sin Pinar, sin Herradura».
Cumplirle el sueño a Bartolo
Hace apenas unos meses atrás el gigante de ébano, en entrevista concedida a esta periodista, a propósito de su regreso de Londres 2012, confesó debatirse entre si cumplirle o no el sueño a su padre Bartolo, quien en un arranque de alegría, al ganar su hijo la segunda medalla de oro olímpica, presagió un Mijaín para Río de Janeiro 2016.
Por aquellos días de agosto declaró que no sería tarea fácil y la duda de un tercer ciclo olímpico atisbó en sus respuestas. Hoy ya está decidido. «Estamos trabajando en óptimas condiciones, implica cuidarme mucho sobre todo por la edad que ya tengo para este tipo de competiciones, además de preservar mi peso».
López, de 30 años, reconoció que mantenerse en los 120 kilogramos comprende un gran sacrificio. «Pero estaremos en eso, es una decisión valorada con mi equipo técnico y de entrenadores».
Para ello el luchador grecorromano tomará un 2013 semisabático. «Habrán competencias que no me verán, descansaré un poco, entrenaré con mucho optimismo para poder llegar a las Olimpiadas. Es mi deseo y el del pueblo. ¿Mi meta?: otra medalla en Río de Janeiro».