Todo lo sucedido hasta hoy es agua pasada, y como tal, no moverá los molinos que impulsarán la final de la 97 edición del Campeonato Nacional del fútbol cubano. En dos duelos Villa Clara y Camagüey pondrán sobre el césped sus mejores armas, y de ellos emergerá el inquilino del trono hasta la próxima campaña.
Hasta aquí llegaron ambos equipos por vías diferentes. Los villaclareños, defensores de la corona conquistada hace un año, concretaron una temporada envidiable. Diez triunfos y un solo revés —este con la clasificación asegurada— durante sus 14 presentaciones de la etapa regular, son cifras que hablan por sí solas.
Sobre la cancha, el técnico Ariel Álvarez ha contado con una formación muy estable y que «rueda» sin mucho esfuerzo. Yenier Márquez sigue siendo un seguro de vida para una zaga que solo encajó nueve perforaciones en lo que va de torneo. Y por delante goza de los servicios de Roberto Linares, autor de ocho dianas en el presente curso y muchas de ellas en partidos importantes para los suyos.
Quienes les acompañan, entiéndase experimentados como Silvio Pedro, Clavelo, Reydenis, entre otros, saben de sobra lo que es jugar una final. Sin duda, parten como favoritos.
Mas eso no es suficiente para someter a un equipo agramontino que recorrió a velocidad supersónica el último tramo del calendario, y se presentará en sus predios del Patricio Lumumba todavía paladeando el agradable sabor de la revancha frente a los guantanameros en la semifinal.
Los discípulos de Roberto Regalado exhiben un grupo que ya lleva bastantes minutos de vuelo conjunto. Armando Coroneaux, Osmani Montero y Keyler García forman un temible frente de ataque, al que se ha sumado últimamente la efectividad de Zaure Burón.
Repetir la condición de finalista de hace tres años ya es un éxito para los camagüeyanos, pero ahora necesitan dar el paso que les ha faltado desde hace años.
Dicen los archivos de nuestro estadístico Benigno Daquinta, que durante el último quinquenio estos equipos se han enfrentado 12 veces con balance de tres triunfos por bando y seis empates. Pero en el Lumumba, el llamado «Expreso del Centro» no gana desde la temporada 2007-2008 y sus mejores resultados desde entonces han sido tres empates sin goles, incluido el de la presente campaña.
Pero si la historia no sirve para «mover» molinos, tampoco será algún día garantía para conquistar un reino. Y mucho menos deportivo.