Sneijder (10) fue el mariscal de campo holandés frente a los brasileños y apuntaló su candidatura para alzarse con el Balón de Oro de la presente temporada. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 04:59 pm
Un escalón, y el sueño. Otro, y la gloria. Tal vez sea esta una imagen recurrente para los cuatro animadores de la semifinal del Mundial sudafricano, casi una Eurocopa con Uruguay como invitado.
Cada uno de ellos asume la nueva ronda con las mismas ilusiones y deseos. Algunos llegan más fuertes que otros, varios lo hacen en deuda con la historia, y todos dispuestos a jugarse la vida en 90 minutos. O quizá más.
Los cuartos de final dejaron su resaca y marcaron preferencias. Holanda salió airosa de su apuesta más pragmática, Uruguay le sacó partido a los deslices rivales, España sufrió para deshacer el nudo gordiano que casi le ahoga, y Alemania no dejó rastros visibles de su último enemigo.
A la par, Brasil perdió el rumbo y naufragó en medio del pánico, Ghana se borró a la hora más trascendental de su historia, Paraguay fue presa de sus claras limitaciones y Argentina desaprobó por mucho su primer examen de rigor en el torneo.
En la mezcla de alegrías y frustraciones se despidió Dunga del banquillo brasileño, y Maradona no está muy lejos de ese destino. «Mi ciclo terminó. Di todo lo que tenía», eran las últimas palabras atribuidas al «Pelusa», aclamado junto a los jugadores durante el generoso recibimiento a su llegada a Buenos Aires.
Así, se descorren hoy las cortinas de las semifinales con un Uruguay-Holanda con bastante historia, a pesar haberse enfrentado apenas dos veces con resultados divididos. Desde hace tres décadas ninguno se ha acercado a la batalla decisiva.
Sobre el césped del estadio Green Point se presentará un equipo charrúa diezmado, pero optimista en la responsabilidad de salvar el honor de Sudamérica, y regresar a una final seis décadas después del mítico Maracanazo.
El gran ausente de la «celeste» será el jovencito Luis Suárez, cuyas manos rescataron al equipo del abismo, so pena de encarar el castigo de perderse este decisivo duelo.
La movida de Cavani a su posición parece la alternativa más viable para el «Profe» Tabarez, quien tendrá que solventar además las salidas del atacante Nicolás Lodeiro y el defensa Diego Lugano —ambos por lesión—, y del también zaguero Jorge Fucile por acumulación de tarjetas.
Los mayores problemas en las filas «naranjas» serán también en el fondo, con las suspensiones de Van der Wield y de Jong. Pero mientras los cuatro «magníficos» —Robben, Sneijder, van Persie y Kuyt— acudan a la cita, hay margen para la tranquilidad de Van Marwijk, estratega de los tulipanes.
Aunque es Robben quien cambia la cara de esta Holanda, frente a los brasileños fue Sneijder el mariscal de campo. La última actuación del mediocentro tricampeón este año con el Inter de Milán apuntaló los rumores sobre su candidatura para alzarse con el Balón de Oro de la presente temporada, un premio instituido por la revista France Football desde hace 54 años, y que ahora se fundirá con la distinción World Player que anualmente entregaba la FIFA.
La publicación gala calificó de «espumante» la temporada de Sneijder, antes de agregar que el talentoso holandés «no es el más grande ni el mejor en absoluto, pero este año transforma en oro todo lo que toca».
No obstante, el unificado premio tendrá que mirar también hacia otros desenlaces. Inquietas esperan su turno Alemania y España para cruzar sables y saldar deudas pendientes. Cuatro goleadas y apenas dos dianas en contra dicen mucho de la nueva maquinaria germana, que no podrá contar con los servicios de su nueva perla, Thomas Müller, pero le sobran piezas jóvenes y de valor para hacer temblar la corona de Europa.
La gran incertidumbre en el lado español gira en torno a la titularidad del «Niño» Torres, y su repercusión en el desempeño de un equipo que sigue sin entonar la nota esperada. ¿La dará en la antesala de la gloria?