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Tras perder dos juegos ante La Hababa en la gran final beisbolera, los naranjas necesitan triunfar hoy en el estadio Sandino
Necesitado de un triunfo a toda costa, Villa Clara «quemará las naves» esta noche frente a La Habana, durante el tercer partido de la gran final beisbolera. Así, el estadio Sandino debe repletarse hasta el límite, porque el equipo naranja merece el apoyo de su afición.
Aclaro que la urgencia no significa entregarle la pelota al derecho Freddy Asiel Álvarez, pues lo permite el reglamento, pero no el sentido común. En cambio, otra cosa sería emplearlo como relevista, para sacar uno o dos outs. Ahí sí estaríamos de acuerdo usted y yo.
Lo cierto es que, súbitamente, se han hecho más evidentes las diferencias entre el cuerpo de lanzadores de ambos conjuntos. La Habana, por ejemplo, llega «fresca» a la Ciudad del Che, con Yadier Pedroso y Jonder Martínez listos para encaramarse en la colina, además de los relevistas Gerardo Miranda, Miguel Lahera y José Ángel García. Mientras, Eduardo Martín tiene menos cartas para jugar y hoy apostará seguramente por Yosvani Pérez, un muchacho con mucha sangre fría y coraje, dos atributos que se necesitan en un momento como este.
Pero el manager villaclareño tiene otros dolores de cabeza, pues su alineación no ha respondido y necesita corregir el tiro. Aunque todo el mundo tiene su «librito», yo enviaría a Leonys Martín a su posición regular —el jardín centra— y movería a Lunar para el izquierdo. Así, «refrescaría» a Yuniet Flores y lo colocaría en el puesto de bateador designado.
Con ello, además, le daría chance de jugar a un segunda base natural como Andy Sarduy. Este último encajaría muy bien en el juego «chiquito» que necesita retomar Villa Clara, porque el equipo que vimos en el Nelson Fernández fue muy vertical y predecible.
En fin, son solo conjeturas desde mi humilde palco de reportero, muchas veces sin condiciones para desarrollar plenamente nuestro trabajo. Claro, desde afuera se ve mejor, como en el dominó. La «candela» está en el terreno, lo sé, pero cada cual tiene su función en este mundo.
¿La suerte está echada? Cuidado, que Villa Clara tiene garra y todavía queda tela por donde cortar. Eso dije anoche en casa, cuando preparábamos la mochila para ir a Santa Clara. Mejor que sobre la ropa y no falte.
