RÍO DE JANEIRO.— Un frente frío, culpable de las rachas de viento de hasta 76 kilómetros por hora, y de la lluvia, que desde la noche del miércoles azotan a esta bella ciudad, amenaza con perturbar la inauguración oficial de los XV Juegos Panamericanos, prevista para esta tarde en el legendario estadio Maracaná.
Tanta agua ha caído, que los entrenamientos de varios equipos se han visto afectados, entre ellos uno de la selección cubana de béisbol. Y para colmo, algunas instalaciones han sufrido más de lo esperado, como el velódromo, donde se reportaron daños en las salas de comunicaciones, según reporta el diario local O Globo.
Sin embargo, la gente continuó comprando sus boletos para la ceremonia de apertura y casi están vendidas todas las localidades. Y es que el espíritu de los Juegos ya se agigantó. Tanto, que el propio presidente de la nación, Luiz Inácio Lula da Silva, ofreció una conferencia de prensa a los medios locales, en la que pidió a la población apoyar las competencias porque «está en juego la imagen de Brasil».
Por cierto, al ser interrogado sobre la rivalidad deportiva entre Cuba y Brasil, Lula declaró que «nadie debe sentir vergüenza de perder con los cubanos, porque ellos tienen una tradición victoriosa en los últimos 50 años. Nosotros, en cambio, todavía nos abrimos paso hacia el futuro».
Así, contra el invierno austral y algunos conatos de violencia, Río vestirá sus mejores galas a partir de hoy para acoger a la familia panamericana. Y conste que son muchas las cosas que tiene para mostrar esta urbe con 400 años de historia, adonde llegan asiduamente miles de turistas de todo el mundo.
LA CIUDAD DEL ROCKEl estadio de pelota, que se utilizará además para el softbol, está enclavado en un terreno de 250 000 metros cuadrados, ubicado en la avenida Salvador Allende.
Su nombre es Ciudad del Rock, porque allí se realizaron los festivales internacionales de música rock de los años 1985 y 2001, los cuales marcaron hitos por reunir hasta 250 000 personas en una sola noche.
Pero si los conciertos ameritan la penumbra, los juegos precisan de una adecuada iluminación, así que los técnicos encargados de las transmisiones televisivas estaban preocupados anoche por la escasa visibilidad que impera en el recinto.
Veremos entonces cómo se resuelven tales urgencias para el desarrollo de la competencia, pues el béisbol, excluido ya del programa olímpico, no puede darse el lujo de emborronar cuartillas.