Samuels se siente feliz por su retorno a la dirección del equipo Cuba. Foto: Calixto N. Llanes Con el mismo carisma que exhibía en sus 11 años como jugador del equipo Cuba (1964-75), nueve de segundo entrenador (1976-84) y diez de técnico principal (1985-94), Orlando Samuels regresa al puesto de mando del seleccionado nacional masculino de voleibol.
El DT cubano que archiva el mayor número de partidos ganados en la Liga Mundial, confía en los jóvenes que componen el colectivo para regresar al primer nivel en el deporte de la malla alta.
«Pero hay que vencer la rutina y el cansancio», dice Samuels. «Un atleta no alcanza estatura universal si no juega bien hoy y mañana mejor. Precisamente, en la altura ecuatoriana fundamentamos el trabajo en la preparación física y los muchachos mostraron buena disposición».
—¿Hay posibilidades reales de mejorar los resultados del año anterior?
—Esta vez el grupo en la Liga es más fuerte con Rusia y Serbia, ambos de clase mundial, pero hay que pensar también en los Juegos Panamericanos y en el torneo NORCECA, en Los Ángeles, Estados Unidos, que se jugará en septiembre con el incentivo de conferir boletos para la Copa del Mundo (Japón, noviembre) y los Juegos Olímpicos de Beijing 2008.
«No se puede pasar por alto que en estos momentos nosotros no contamos con jugadores del primer nivel mundial, no somos un equipo de clase como Brasil, Serbia, Italia o Rusia. Todos nuestros muchachos tienen condiciones, potencialidades, eso sí, pero no se han estabilizado todavía en ese rango. Hace tiempo que en el cuadro de honor de los campeonatos del orbe y de la Liga, no aparece ningún cubano. Hay que rescatar esos logros».
—¿Cuál será el cuadro regular para abrir la temporada?
—Hay algunos jugadores que fue necesario cambiar de posición, como el pasador Oreol (con E, no con I) Camejo, a quien usaremos como auxiliar. Además, a Michael Sánchez, el «ruso», lo entrenamos indistintamente como opuesto y auxiliar, porque reúne el prototipo para la primera función, pero tiene que vencer algunas deficiencias técnicas y ganar experiencia.
«Michael es más alto, salta más y es más joven que los otros dos aspirantes a la posición, Raidel Poey y Raidel Corrales, aunque estos acumulan mayor camino recorrido».
—¿Pavel Pimienta se recuperó de su lesión?
—Ha mejorado muchísimo. Llegamos a pensar en su retirada, pero se ha recuperado y tanto él como Odelvis Dominico y Roberlandy Simón pueden jugar regular como centrales, sin descartar a Ariel Gil.
Comenzar la Liga Mundial con tres series en casa y las tres siguientes fuera, tiene, según Orlando, sus ventajas y desventajas. Se puede arrancar delante, pero alejarse de la familia, la diferencia de horarios, comidas y otros factores pueden afectar la concentración y el rendimiento.
Acto seguido hay que viajar hacia Río de Janeiro, para la cita panamericana.
—¿Habrá cambios en la nómina para entonces?
—La base del equipo será la misma, con dos o tres sustituciones.
—¿Hay mejoría en la defensa?
Oreol Camejo fungirá ahora como atacador auxiliar y tendrá una alta responsabilidad en el recibo. Foto: AP —Tres receptores nuestros son jóvenes: Oreol y Rolando Jurquín tienen 20 años de edad, y Keiber Gutiérrez —líbero—, 19. Trabajamos fuerte con ellos y pienso que mejorarán. Avanzan en este sentido. Sin embargo, el más experimentado, Yassier Portuondo, presenta deficiencias en el recibo.
—¿Hay algún adelanto técnico significativo en la posición de pasador?
—El pasador es el eje fundamental en un equipo, pero recuerden que para cuajar requiere de entre seis y diez años en la posición. Tiene que conocer a los atacadores, quién está bien y quién está mal; a los sacadores; a los bloqueadores contrarios. Necesita de mucho trabajo técnico, de mucha táctica, de mucho conocimiento del voleibol.
Yoandri Díaz realiza sesiones especiales de trabajo todas las semanas porque el pasador es como un entrenador más sobre el taraflex. Foto: AP
«Tanto con Yoandri Díaz como con el debutante Raidel Hierrezuelo tenemos sesiones especiales de trabajo todas las semanas, porque requieren paciencia y madurez. El pasador es como un entrenador más sobre el taraflex y eso no se consigue en dos o tres años».—¿Te sientes feliz por el retorno a la dirección técnica del equipo Cuba?
—Sí, aunque la tarea no es fácil. Hay que recuperar la calidad de los entrenamientos, que los muchachos trabajen para un rendimiento de nivel mundial, entrenar para ganar, porque cuando se cansan, no entrenan bien, ni juegan bien. Queremos estabilizar el rendimiento, ganarle hoy a Rusia, mañana a Serbia y pasado a Italia, porque si ganamos hoy y perdemos mañana no jugamos a la altura requerida.
«Ese problema se debe a una incorrecta preparación general del atleta, incluida la psicológica, porque el jugador tiene que inhibir el cansancio, decir estoy cansado, pero mi voluntad está por encima de eso. En el entrenamiento se definen todas estas cosas».
El equipo cubano parte el 9 de mayo para Portugal y Bulgaria, donde efectuará topes y entrenamientos conjuntos con las selecciones de esos países, antes de arrancar la Liga Mundial el día 25 frente a Egipto, en el coliseo de la Ciudad Deportiva.