Rigondeaux (a la izquierda) expondrá su extensa cadena de triunfos en la próxima Copa de las Naciones. Foto: Ismael Francisco El boxeo cubano se apresta a cerrar su capítulo competitivo del presente año, luego de imponer su supremacía regional, y ocupar con solo dos representantes el séptimo escaño en el Campeonato Mundial para cadetes, disputado hace unos días en Estambul, Turquía.
En este último escenario, el peso mosca Leudis Suárez y el gallo Yasniel Toledo —titular de la anterior edición— cedieron las coronas frente a representantes de Rusia que, con un equipo completo, dominó ampliamente la clasificación por colectivos.
Ahora le toca el turno a los juveniles, quienes a partir del próximo seis de septiembre buscarán en su cita universal, con sede en la ciudad marroquí de Agedir, mejorar los dos títulos cosechados en el anterior certamen.
Aunque no se ha definido la cantidad de sus integrantes, en la nómina no deben faltar el pinareño Rosniel Iglesias (60 kgs) —hace poco más de un año campeón nacional absoluto entre los moscas—, así como los prometedores Yordán Frómeta y Julio César Iglesias, ambos monarcas planetarios sub 17 en 2005.
De seguro los rusos participarán con una escuadra completa y serán los favoritos, condición que compartirán con nuestros púgiles en la Copa de las Naciones, el nuevo torneo diseñado por la Federación Internacional para sustituir la Copa del Mundo por equipos, cuya última edición celebrada el pasado año en Moscú fue ganada por los anfitriones.
La contienda tendrá como escenario a Azerbaiyán entre el 14 y el 21 de octubre venidero, y estarán presentes púgiles de Kazajstán, Ucrania, Tailandia, Estados Unidos y una selección de África, además de la representación local.
Así, los discípulos de Sarbelio Fuentes tendrán un duro compromiso en pos de vengar el tropiezo sufrido en la capital ex soviética. Es muy probable que enfrenten nuevamente en la final a los rusos, quienes acapararon siete títulos en el Campeonato Europeo dirimido en la ciudad búlgara de Plovdiv a mediados de julio.
Con una plantilla similar a la que concursó en el Mundial de Mianyang —dos cambios de peso e iguales incorporaciones— los rusos también conquistaron cuatro metales plateados, entre ellos el del titular mundial de los 57 kilos Alexei Tishchenko —fracasó en una nueva incursión en la división ligera—, y de Roman Romanchuk, quien bajó a la categoría crucero para ceder por RSCH frente al ucraniano Denis Poyatsika.