Juantorena, 30 años antes Amigos rebeldes:
Este es uno de esos días que no deben de apagarse nunca del cerebro. Hoy, en medio de los Juegos, celebramos aquí, sin fanfarrias pero con solemnidad, el cumpleaños 223 del Libertador.
Acudimos a rendirle tributo a la Plaza Bolívar, un sitio de reuniones espontáneas de los cartageneros, donde ejercen su señorío decenas de árboles frondosos. Y allí miramos sobre su corcel Palomo al hombre nacido en Caracas y que con su espada pudo, en menos de 20 años, zafarle las cadenas a casi la mitad de un continente.
Ahora redactamos, agitadamente como siempre, desde un nuevo centro de prensa. El viejo, el de la carpa de la Plaza de Toros, resultó ahogado por las lluvias y fue preciso mudarse con el apoyo, incluso, de los bomberos.
Una de las novedades de las últimas fechas, de esas que no refleja ningún medio de prensa, es la operación de un caballo mexicano que «pensaba» competir en el certamen de ecuestre, cuya sede está en Bogotá.
El equino sufrió un cólico (dolores y torsiones abdominales) y tuvo que ser intervenido en una clínica de la capital colombiana. Pero salió con vida del trance y pronto estará de vuelta, cantando rancheras, en su país. ¡Cosas que pasan, amigos, hasta en las mejores familias (digo, manadas).
Mientras, los periodistas locales y foráneos, que hasta el momento han encomiado con justicia el quehacer de los mexicanos, ya comienzan a hablar de la posibilidad de un «asalto» total cubano a la cúspide de la tabla de medallas. Pero aún no lo dan por hecho…
Les cuento que en el sube y baja por las instalaciones tropezamos con Rodolfo Falcón Cabrera, el nadador bandera de Cuba en toda la historia, el único que a brazadas ha conquistado un subtítulo olímpico (Atlanta’96).
Precisamente en tres Juegos Centroamericanos —México, Ponce y Maracaibo— este capitalino de 33 años (cumplirá 34 en octubre) ganó siete medallas de oro, una cifra que se nos antoja quimérica proyectada contra los pobres resultados del presente.
Antes de despedirme un recordatorio: este 25 de julio conmemoraremos un hecho histórico: 30 años justos de la primera de las dos preseas doradas de Alberto Juantorena Danger («Juantorena con el corazón, de Cuba») en los Juegos Olímpicos de Montreal, Canadá.
Tengo más cosas en el frasco. Pero, con este calor, está bueno ya…
Un abrazo del tamaño de la Tierra.
OSVIEL CASTRO MEDEL