Hay caballos que quieren como los mejores amigos del hombre. En Cajazeiras, Brasil, los asistentes a un funeral vieron cómo un corcel colocó la cabeza sobre el ataúd de su dueño y comenzó a relinchar acompasadamente.
Durante la procesión, el alazán levantó varias veces las patas. «Es como si supiera lo que estaba pasando», dijo el hermano del jinete fallecido.