Un día, Judy Brown se sintió mal del estómago y fue al médico porque pensaba que padecía cálculos biliares o una obstrucción intestinal que mantenía su panza un poco inflamada. Pero nunca imaginó que una hora después estaría de parto y que su supuesto «dolor de barriga» era causado por una bebé de ocho libras de peso y más de 50 centímetros de largo. Según cuenta, en los últimos meses había notado una protuberancia en su vientre, pero la atribuyó a un aumento de peso debido a la edad. Sin embargo, los médicos enseguida se dieron cuenta de que lo que le ocurría a la mujer era que estaba en trabajo de parto. La mamá y la nena, a la que llamaron Carolyn Rose, están en perfecto estado, abandonaron el hospital con el extrañado papá y ahora todos se acostumbran a la nueva vida.