Las autoridades eslovenas de Zalec, ciudad ubicada en el «valle de oro verde», por disponer de ricos sembradíos de lúpulo, instalarán una fuente. Nada extraordinario, pero cuando se dice que el líquido a conectar es cerveza, la cosa cambia. Todo con orden: los admiradores de la obra tendrán que pagar seis euros por llenar una jarra no más de tres veces, mientras algunos supervisores se encargarán de evitar que el desmedido aprecio por la fuente lleve a algunos a confundirla con una piscina.