Angelo Mastropietro, ejecutivo australiano, invirtió más de 230 000 dólares para volverse «hombre de las cavernas». Después de ser diagnosticado con esclerosis múltiple, buscó una vida simple y la halló en una cueva inglesa de 250 millones de años que compró y convirtió en su hogar. Trabajó y gastó fuerte, pero ahora tiene allí agua corriente, calefacción, wi-fi y lujosos interiores. También disfruta de una gran terraza, paredes blancas, puertas de vidrio y ventanas con marco de roble que iluminan los espacios más oscuros. ¿De las cavernas…?