A veces uno tiene que conformarse. La búlgara Penka Baleva perdió la esperanza de ir a Sudáfrica para saltar, atada a una cuerda elástica, desde el puente de Bloukrans, de 216 metros de altura. Entonces optó por el puente de Europa que, ubicado en los Alpes, en la región austriaca del Tirol, está a 190 metros del suelo. «Fue magnífico, con todas esas vistas espectaculares de la naturaleza alrededor», comentó la mujer al saltar de su puente número 39. Baleva, que no es nada «penca», tiene 80 años.