Tras sufrir un accidente en 2012, Liu, un millonario chino, pasó largo tiempo en estado de coma y, cuando despertó, sentía que no era el mismo. El otrora exitoso empresario se dio cuenta de que sus siete autos, mansión y otros inmuebles no le pertenecían; lo regaló todo y comenzó una vida austera en una pequeña cabaña. Ahora vive aislado, medita, lee y practica caligrafía, además de cultivar vegetales. ¡Y uno tan lejos cuando él comenzó a repartir!