Un vecino de Bridgend en el estado de Pennsylvania puso fuego a su casa cuando trataba de matar a una araña. El hombre roció al arácnido con un aerosol y solo bastó que encendiera un fósforo para que todo quedara fuera de control. La llamada de emergencia al 999 no resultó. Dice UPI que el protagonista de este incidente no los lee, porque la agencia ya había publicado un hecho idéntico el pasado julio en la ciudad de Seattle. Nadie aprende por cabeza ajena.