Antonia Leticia Rovati Asti lo logró, acaba de parir a Sofía y Roberto en la clínica del médico Orlando de Castro Neto, gracias a la inseminación artificial con embriones congelados hace una década, surgidos de óvulos fecundados por espermatozoides de su marido, quien hoy tiene 55 años. Nada del otro mundo para los avances médicos, si no se tiene en cuenta que la tenaz brasileña tiene 61 años. «La edad no pesó en nada —dijo el médico—, la única condición es que la mujer tenga útero. Hoy es posible hacer todo el procedimiento con la ayuda de medicinas», más difícil fue vencer los prejuicios sociales y la resistencia a que mujeres con más de 40 años tengan hijos, agregó el ginecólogo de la ciudad de Santos, en Sao Paulo.