El denominado Nonseum, en Viena, exhibe inventos para los que todavía no se ha encontrado utilidad. Hay ahí un trombón con mira, un chupete para adultos, y una correa para evitar que el corcho de una botella de champán al destaparse, salte sin querer a la cara de algún observador. Lo llamativo no es solo que sus creadores luchan por hacerlo famoso desde 1983, sino que ha recibido ya la visita de unos 100 000 espectadores. Al parecer, hay por ahí mucha gente aburrida o con tiempo para regalar.