Un cartero estadounidense terminó tras las rejas por lo que consideró una forma muy creativa de realizar su trabajo. David Goodman, de 58 años, tenía en mente «alegrar» a una chica de 21 que, según dijo, parecía muy estresada la última vez que le había llevado una misiva. Por ello, se le ocurrió levantarle el ánimo entregándole las cartas totalmente desnudo. Lo que se ganó de la destinataria (del correo y de la desnudez) fue una larga lista de palabrotas y una denuncia policial que lo envió a la cárcel en un santiamén.