Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

PRÍPOS-COLA

Un estadounidense de 29 años demandó a la compañía productora de una bebida energizante que le provocó una erección constante, la cual solo pudo mitigar sometiéndose a una intervención quirúrgica. La bebida prometía proporcionarle buen sabor, altas calorías y suplementos nutricionales para personas que requieren energía extra y proteínas en un volumen limitado. Sin embargo, fue precisamente un problema de volumen el que agobió a Christopher Woods, quien debió soportar la dolorosa introducción de un dispositivo encargado de desviar la sangre hacia otro punto para extinguir el «fuego» que lo aquejaba. Conque energizante, ¿no?

Menuda sorpresa se llevaron las autoridades de un aeropuerto en China al detener a un pasajero que intentó evadir el pago por exceso de equipaje vistiendo toda la ropa de sus maletas. Los agentes se percataron de la inusual «obesidad» del viajero y así descubrieron lo que resultó ser un verdadero ropero ambulante. El hombre decidió inflar su cuerpo con las cien prendas que pretendía revender luego en su país, aunque su plan desestimó el poder de observación de las autoridades aeroportuarias. Nada, que con tanta ropa no cogió sarpullido de milagro.

En Alemania, un empleado bancario fue condenado a dos años y diez meses de cárcel por retirar dinero de las cuentas de clientes acaudalados para consignarlo en las de ahorradores endeudados y con pocos recursos. Durante su gestión, Peter Taubinger, de 45 años, decidió convertirse en aliado de los menos favorecidos y transferir considerables cifras de dinero de clientes con varios «ceros» en su haber personal hacia cuentas de pensionados, viudas y desempleados. Sin embargo, su sentido de la justicia no le hizo ninguna gracia a las víctimas de sus despojos, por lo que Taubinger pasará unas vacaciones sentado en un banco... de la cárcel. ¡Y no precisamente en Nottingham!