Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Unos cuatreros rumanos les colocaron botas de goma a dos vacas que habían robado para evitar que la policía pudiera seguir el rastro de sus huellas, aunque fueron finalmente «delatados» por un cerdo «descalzo». La banda, compuesta por tres hombres, asaltó durante la noche un establo ubicado en el pueblo de Innova. Cuando la propietaria de las reses fue a alimentar a los animales al día siguiente, se encontró con que estos habían desaparecido y solo pudo hallar marcas de botas y algunas huellas de cerdo, que la policía rastreó a lo largo de 30 kilómetros hasta arrestar a los delincuentes. Y eso, gracias a que los malandrines no encontraron zapatos para el puerquito.

En Bosnia, un hombre organizó su propio funeral para verificar cuántas personas lo querían lo suficiente como para brindarle el último adiós. Sin embargo, se llevó una gran sorpresa, pues solo lo fue a despedir su madre. Decepcionado por la «escasa» asistencia, Amir Vehabovic, de 45 años, quien espiaba desde los arbustos cercanos a la casa mortuoria, escribió una carta a los 45 invitados a su velorio dando cuentas de lo mucho que le costó obtener un certificado de defunción falso y sobornar a varios empresarios fúnebres para que le llevasen un ataúd vacío, por lo cual los exhortó a cubrir los gastos y así demostrar su amistad. ¡Qué clase de tipo!

Solo dos años y 3 500 dólares debió invertir el adolescente Thiago Olso en construir su propio reactor nuclear en el garaje de su casa, en Michigan, Estados Unidos. El joven comenzó su proyecto cuando contaba 15 años de edad y dedicó más de un año a recopilar información de libros universitarios de Física y al estudio de manuales técnicos de bombas de vacío, mientras compraba en Internet los materiales para construir el reactor. Alguna ayuda necesitó también de páginas especializadas en tecnología nuclear. Actualmente el reactor está operativo, aunque eso sí, necesita un poco de deuterio y 45 000 voltios para hacerlo funcionar. ¡Puf, casi nada!