Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

La radio: insustituible compañía

«Lo que está por venir no es fácil de enfrentar, mas no nos falta capacidad para asumir los retos; la vida cultural no se va a detener, ni siquiera lo ha conseguido una pandemia como esta», asegura el destacado periodista, director y locutor Carlo Figueroa, también líder de la Casa de la Guayabera

 

Autor:

José Luis Estrada Betancourt

«La radio tiene una capacidad increíble de convertirse en un espacio donde convergen las diferentes artes y mucho más ahora, cuando los límites de lo sonoro y lo visual se muestran tan difusos». De ello está convencido el destacado creador Carlo Figueroa, con lo cual se explica que «la gente sigue apostando a ella, gane seguidores y que con las transmisiones online ya no haya distancias posibles. Si antes, para escuchar una emisora de Europa o Sudamérica y había que poseer un receptor de onda corta, ahora con un clic accedes a las que quieras. Ello la hace, más que nunca, una compañía insustituible», asegura.

Así ha seguido siendo incluso, insiste, en las complejas circunstancias actuales. «Las emisoras se han visto obligadas a cambiar temporalmente sus programaciones, su habitualidad, mas, como sucede por tradición, informar con objetividad, educar, enfocarse en estar al lado de sus públicos. Creo que están reflejando como nunca lo que sucede en sus entornos, contando historias de vida, transmitiendo esperanzas. Yo mismo estoy al frente de cuatro horas diarias en las noches, porque la gente necesita más que nunca estar acompañada, aunque pongamos en riesgo muchas cosas y extremes las medidas.

«En Cuba existe una tradición de trabajar en contingencia ante los fenómenos naturales que azotan al país o en los momentos de mayor impacto en la vida nacional, pero nunca en un tiempo tan prolongado. Eso deja, como en los otros sectores, una experiencia que vale la pena tomar en cuenta».

—¿En qué se diferencia esta etapa de pandemia de tu tiempo normal?

—Si supieras que el día siguiente del anuncio del cierre de las universidades debía discutir mi tesis de Maestría en Ciencias de la Comunicación. Ahora, junto a otros colegas espirituanos, espero el momento oportuno para la defensa ante el tribunal.

«Asimismo estábamos organizando la Jornada de la Cultura japonesa, que celebramos en abril, pero ahí nos quedamos. Igual llevamos meses trabajando en un nuevo diseño museográfico de la sala de las guayaberas, que se ha detenido y podrá posponerse más de lo deseado. Pero han sido aplazamientos necesarios.

«En mi tiempo “normal”, como le llamas, mi vida transcurre mayormente trabajando en la Casa de la Guayabera. Llevo muchos años entregado a esa institución, desde que se fundara en 2012, aunque en estos instantes permanece cerrada al público, lo cual supone un cambio significativo. De momento, nos dedicamos a la conservación de los bienes patrimoniales que atesoramos, en especial la colección de esas prendas tan valiosas que exhibimos...

«También apoyamos, desde nuestra práctica, algunas de las propuestas que tienen lugar en las plataformas digitales y redes sociales de la cultura en territorio espirituano, pero es significativo el cambio, las rutinas son otras, las iniciativas están contenidas. Este año solo alcanzamos a organizar la Feria Tecnológica con el Ministerio de Comunicaciones que nos trajo el privilegio de disfrutar en Sancti Spíritus a Omara Portuondo con la Orquesta Failde, entre muchas otras opciones.

«Nos preparamos para un escenario complejo, sin embargo, mantengo la esperanza de que saldremos adelante. Hay que restructurarlo todo: desde el pensamiento hasta la acción, desde los espacios y sus públicos hasta las maneras de enfrentar los procesos culturales.

«Este tiempo creo que nos hace reflexionar. Lo que está por venir no es fácil de enfrentar, mas no nos falta capacidad para asumir los retos; la vida cultural no se va a detener, ni siquiera lo ha conseguido una pandemia como esta. Nos ha hecho mirar con cuánta reserva contamos y cuánto se gana aprovechando las bondades tecnológicas. Y si esa combinación la ponemos en práctica cuando nos acerquemos a lo “normal”, seremos más fuertes».

—Para muchos, la radio es un medio de comunicación menor, pero alguien como tú no parece estar de acuerdo…

—Nunca he estado de acuerdo con esa expresión, que algunos repiten, quizá por desconocimiento del medio, de sus posibilidades reales. Llevo muchos años en la radio, en 2019 cumplí 35 de trabajo activo. Si a esta altura te digo que es menor, sería un hipócrita. Desde que estudiaba en la Facultad de las Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual he defendido su alta capacidad de creación, de construir imágenes a una velocidad increíble.

«La radio siempre ha tenido como espada de Damocles el mundo del audiovisual, la televisión, el cine, la prensa escrita. Pero ha sabido sumar a los otros medios, los ha doblegado con alianzas, formas y maneras de hacer muy originales. La radio se parece más a su público que los otros medios, no tengo dudas. Y en ello juegan un rol fundamental sus creadores, sean periodistas o artistas, porque al final los oyentes no hacen tantas distinciones.

«Quizá añore otros momentos, la presencia más activa de algunos géneros como el documental, las buenas crónicas y reportajes, los programas de entrevistas y las revistas donde el diálogo de tú a tú con los oyentes eran habituales, la presencia de más músicos, escritores e intelectuales en la programación. Quizá encontramos algunas voces sin tanto color como en otras épocas, pero en sentido general el medio responde a su tiempo, no me cabe dudas, y este tiempo va camino a una interacción proactiva con internet y las redes sociales. Si no estás ahí, pecas de ingenuo porque ese es el campo de vida y de batalla de estos días y los que están por llegar».

—¿Qué pasó con Figueroa desde que dejó atrás Haciendo Radio?

—Desde entonces a la fecha ha llovido mucho. Regresé a Radio Sancti Spíritus, junto a un grupo importante de espirituanos fundamos el proyecto La Guayabera que luego se convirtió en el proyecto de desarrollo local Casa de la Guayabera y es una de las instituciones culturales más activas del territorio. También me desempeñé como director del Museo Provincial General y me mantuve en la televisión nacional hasta hace tres años como presentador del programa A todo Jazz. No creo que haya desaprovechado el tiempo, todo lo contrario, ahora es más complejo para mí, pero me alegro de eso. Me ha tocado aprender a dirigir y administrar, ver la cultura como la mejor inversión y defender ese concepto desde la posición del creador que dirige.

«Haciendo Radio fue una escuela y, como me dijo un día Gladys Goizueta, a ese espacio se llega cuando tienes bien claras las armas del medio. Es muy exigente transmitir información cuatro horas diarias de lunes a sábado, pero las herramientas que te ofrece te hace un mejor profesional. Sin embargo, no es un espacio para siempre, por su esencia exige cambios constantes y aunque pude estar un período más largo, elegí retirarme en el momento que creí justo, mucho antes del agotamiento».

—Ahora un pueblo te reconoce por La otra esquina, de Radio Sancti Spíritus...

—La otra esquina sale al aire de lunes a viernes a las siete de la noche y ahora está fuera del aire por la lógica del momento. Dura apenas 38 minutos, pero sustenta sus contenidos en la interacción a través de las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y más recientemente WhatsApp y Telegram. En cada emisión se aborda un tema que sugieren los oyentes e internautas y se vincula con la agenda mediática de la emisora. Eso te obliga a estar el día entero pendiente de las opiniones que allí se dejan y luego compartes en el programa, que se transmite online y tiene una audiencia significativa fuera de Cuba. Luego los audios son llevados a varios repositorios para que se puedan descargar y conservar. Es una realidad que se ajusta a la radio que debemos aspirar sin renunciar a la rica historia del medio. Ahora nos hemos tomado un receso obligado, pero en redes sociales estamos activos, incluso ha crecido en seguidores.

—La radio en Cuba hoy y en el futuro…

—La radio en Cuba está viviendo un momento de convergencia entre las formas tradicionales y lo que imponen las nuevas tecnologías. El futuro está en asumir esas fuerzas que emanan de lo digital y convertirlas en herramientas eficaces. Ya hay que ir pensando en los lenguajes, en las imágenes que transmitimos, en cómo hacer desde una perspectiva diferente sin dejar a un lado su fabulosa historia. ¿Cómo serán nuestros espacios dramatizados, históricos, musicales, de participación, los informativos…? He ahí una pregunta que debemos plantearnos. Algunos preferirán hacer borrón y cuenta nueva, pero no es mi caso. Hay que redefinir conceptualmente nuestros discursos estéticos, sin renunciar a lo que tan bien sabemos hacer.

—Has incursionado en la TV, dirigido espectáculos e instituciones… pero es evidente que lo tuyo es la cabina. ¿Cómo comenzó esa pasión? ¿Qué te mantiene aferrado a ella?

—En la vida de un artista se enfrentan retos a diario. Eso me sucede con la dirección artística de espectáculos y la TV. Es algo que aprendí en la radio desde que comencé siendo un muchacho en Radio Llanuras de Colón, en Matanzas. Como muchos, me inicié en programas infantiles y luego vino el tránsito a los juveniles, culturales y los informativos, que es donde más cómodo me siento.

«La pasión por la radio es algo que algunos llaman “bichito” y otros enamoramiento. Da igual la definición, el asunto es que cuesta trabajo abandonar la pasión cuando le coges el gusto a estar frente a un micrófono o dirigiendo, al mundo mágico que se crea en ese escenario, en cada puesta en escena. Sin embargo, he aprendido que aferrarse no es bueno. Lo ideal es saber aprovechar cada presentación y tratar de que sea la mejor. La radio tiene jueces muy exigentes y si no respondes a sus exigencias pasas sin penas ni glorias.

«Convertir lo efímero en una fortaleza es el reto de cada día y te lo da la habitualidad, la creatividad y el ser honesto. De otro lado, los tiempos que corren exigen que estudies con profundidad, que estés al tanto de las novedades del medio, sepas de comunicación, conozcas de todo lo posible. Nuestros oyentes, que a veces ni idea tenemos de ellos, no son ingenuos, y si aspiramos a una radio que se parezca a ellos, entonces debemos estar a la altura».

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.