Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Marxista-leninista desde la reflexión

El conocido músico se ríe de los insultos de quienes ahora lo atacan por ser comunista

Autor:

Aracelys Bedevia

 

No pocos problemas le ha traído al trovador cubano Ray Fernández afirmar en las redes sociales que es «marxista-leninista, no desde una hipnosis, sino desde una reflexión». Muy conocido por su peña de los jueves en el Diablo Tun Tun,  de la Casa de la Música de Miramar, en la capital cubana, Ray ha recibido insultos de toda índole a partir de la publicación, en su perfil de Facebook, de una décima en la que condena el ultraje a José Martí.

Los que ahora lo  atacan por comunista no logran entender que ser como es le permite hacer un análisis crítico de la realidad en que vivimos.

«Soy militante comunista. Sí. Nunca lo he negado, lo digo en todas partes porque me lo gané», afirma con orgullo y sin trabársele la lengua este cubano cuestionador que sobresale por su verbo encendido y marcado sentido del humor.

«Si lo hago con mi abuelo, que me crió, que es mi dios y me río con él, ¿por qué no puedo bromear con otras personas o doctrinas? Eso me ha traído malas interpretaciones. Y no es que yo sea poco serio. El humor es muy serio, el choteo es muy serio; Mañach lo dijo. Me he buscado problemas, pero soy respetuoso», destacó.

Respetuosamente irreverente, como él mismo se cataloga, el autor de Lucha tu yuca taíno, Matarife y Míster polisman, está convencido —y así lo hace saber— de que estos son tiempos de definición. «Les hice unas decimitas a los supuestos clandestinos esos, que yo les digo “desangra puercos” y en un intercambio epistolar con un personaje me acusaron de haberlos tenido engañados toda la vida. He recibido menciones a mi progenitora y a mi masculinidad, pero yo me río de eso también, porque hay gente asalariada que están para meterte el dedo en la garganta».

Canción incómoda y reflexiva

Es un disfrute entrevistar a este músico que canta lo que siente y se hace acompañar de su inseparable amante: la guitarra. Con una poética social muy cubana y una lírica enriquecida por el habla popular y la literatura culta, sus canciones son una invitación a la reflexión y a la alegría.

La poesía lo llevó a la música. Cuentan que a sugerencia de un amigo decidió musicalizar sus textos y aprovechar el especial timbre de su voz. Fue entonces que comenzaron sus actuaciones en el Centro Hispanoamericano de Cultura, los festivales Longina y otros espacios alternativos de descarga, muchos de ellos coordinados por la revista cultural El Caimán Barbudo.

«En el Tun Tun llevamos 11 años. Empezamos el poeta Bladimir Zamora y yo en la guitarra, pero eso no funcionaba, porque para el espectáculo del cabaré no se presta la poesía y la guitarra sola. Entonces incorporé bajo, percusión e hicimos la cumbancha.

«Tengo un grupo, estuve trabajando siete años sin plantilla de grupo, porque no me la daban por toda la burocracia, hasta que finalmente nos hicieron profesionales. Ahora sí me puedo dar el lujo de invitar a poetas y a muchos jóvenes que me dicen: “Yo soy trovador, te voy a mandar un disco para que lo oigas y, si te gusta, me invites a la peña”. Y les digo: “¿Tú eres trovador? Sube”. Eso me ha traído muchos problemas con las instituciones porque no se puede trabajar si no estás evaluado y eres profesional, pero bueno, yo me he tomado esas prerrogativas. Unos han sido buenos y otros malos, pero igual les abro la puerta».

De proyectos, discos, giras, conciertos…, conversamos igualmente con el autor de El gerente, Tentaciones y Tenerte un año, entre otros temas que lo han convertido en uno de los músicos cubanos más populares y aplaudidos.

«Toda mi discografía está hecha con la Egrem: Paciencia, El conciertoski y Mamá, ando contento. No hago conciertos hace tiempo: no me los proponen; no hago giras nacionales: no me las proponen. Me hacen videoclips, no me los ponen.

«En los Lucas me nominaron y le dije a Cruzata: ven acá, ¿en qué categoría estoy?, en la categoría de video fantasma, ¿no? ¿Cómo me nominan si no me pones? Por asunto de perfil, porque el videoclip lo paga la Egrem, pero yo escojo una canción que no es cómoda, porque quiero que sea conflictual como soy yo, en fin, esa es la trinchera.

«Ahora estamos trabajando en un disco de vinilo, una tendencia que está en boga por la piratería. Se grabó aquí con la Egrem. En Austria lo haremos en vinilo y en Cuba en CD. Está casi listo aunque todavía no tiene nombre. Incluye temas como Batanga taína, Jau Jau y El perfumista, que es un coqueteo con el pregón, divisa de la cancionística cubana. Tiene también vals, boleros, punto guajiro, batanga, son y rancheras», concluyó Ray Fernández.

 

 

 

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