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Cuba me hace sonreir

Para Sarah Willis, miembro de la Filarmónica de Berlín, La Habana es su segundo hogar musical

Autor:

Isairis Sosa Hernández

En medio de una gira de clases magistrales por los Estados Unidos, Sarah Willis, una de las grandes intérpretes contemporáneas del corno francés, hizo escala en La Habana para compartir nuevamente su pasión con los cornetistas cubanos, a quienes ella llama, cariñosamente, sus «muchachos».

La británica que toca el instrumento desde los 14 años, nació y creció en Maryland, Tokyo, Boston, Moscú y Londres; ahora vive en Alemania y es miembro de la Filarmónica de Berlín. Presentadora de programas de televisión y en línea sobre música clásica, Sarah entrevista a directores y solistas para la Digital Concert Hall y es muy activa en cuanto a las redes sociales. Desde el año 2014, es moderadora de la revista musical semanal Sarah's Music.

En dos años, Sarah ha visitado la Isla en cuatro ocasiones. A la pregunta de por qué La Habana una vez más, respondió con una amplia sonrisa que adora estar aquí. «Siento que, musicalmente hablando, este es mi segundo hogar; me encanta la pasión con la que trabajan los músicos de este país y me hace muy feliz apreciar el nivel tan alto de la música clásica en Cuba», afirma.

«Otra razón muy poderosa que me hace regresar es que adoro los músicos de Havana Horns», añade con entusiasmo, mientras me muestra las fotos recién tomadas durante una sesión de clases en La Habana Vieja a los integrantes de esta orquesta, quienes se han propuesto revivir tan difícil instrumento y colocar a los cornetistas cubanos en un nivel competitivo a escala mundial.

En febrero de 2017, Sarah llegó por primera vez a la capital cubana. En aquella ocasión vino para impartir una clase magistral a cornetistas de todo el país.

«No esperaba encontrar un nivel tan alto. Pensé encontrar solo algunos pocos principiantes; pero para mi alegría, cuando entré por primera vez al Liceo Mozartiano de La Habana, la sala estaba llena de músicos, y todos comenzaron a tocar para mí. Noté que todos tenían muy buen sonido y muy buena técnica. Definitivamente, rompieron mi corazón.»

 —Eso ha hecho que tengas una relación muy especial con los cornetistas cubanos…

Es cierto. Y algo que me impresiona mucho en Cuba es que hay gran cantidad de chicas que tocan el cuerno. En otros lugares, la presencia femenina está mejorando poco a poco, pero todavía no es como aquí. 

Seis meses después de su primera visita, Sarah regresó con todo su equipo para impartir más clases y filmar varios episodios de su revista musical semanal Sarah's Music, un espacio virtual que dedica a la buena música en todas sus vertientes.

«Me satisface mucho el entusiasmo de la Orquesta del Liceo Mozartiano de La Habana, y en especial, el gran trabajo de su director, José Antonio Méndez Padrón —o Pepe, como lo conocen sus amigos. Es una especie de héroe silencioso en la música clásica cubana. Lo admiro mucho. Es un músico espectacular que pudiera estar haciendo carrera en cualquier parte del mundo, pero está aquí, y ha decidido permanecer aquí y continuar elevando el nivel de la música clásica que se hace en esta Isla.

«Por eso deseo hacer algo para contribuir con este talento que hay en Cuba. Me gustaría hacer un CD o DVD junto a la Orquesta del Liceo Mozartiano de La Habana, cuyos beneficios quisiera utilizarlos para donar mejores instrumentos a los músicos cubanos. Esa pasión con la que trabajan me impresiona mucho, y me enamora», comenta Sarah.

—Al parecer, en La Habana has encontrado una nueva fuente de motivación…

Así es. Mientras estoy en La Habana, sonrío todo el tiempo. La Habana me hace sonreir. Otra cosa que disfruto mucho es que hay música por todas partes. Esto ha cambiado un poco con los géneros que se escuchan ahora, que no son representativos de la música cubana, como el reguetón, aunque no es un fenómeno único de Cuba... Sin embargo, todavía se puede escuchar buena música en muchos lugares, y bailar salsa, ¡que me encanta!

Además de impartir clases por el mundo, Sarah toca en la Filarmónica de Berlín y es una gran activista en las redes sociales.

—¿Cómo consigues desarrollarte en tantas facetas a la vez?

Los últimos cuatro años no he tenido vida fuera del trabajo. Solo he trabajado. Pero amo lo que hago, y pienso que ese es el secreto: si amas lo que haces, conseguirás el tiempo y la energía para hacerlo. 

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