Haydée Milanés ofreció un emotivo concierto en la jornada inaugural, donde recibieron Corales de Honor, además del Sundance Institute, Bertha Navarro e Iván Giroud. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 06/12/2018 | 11:19 pm
Transcurría la víspera la apertura del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, y en ese mismo instante imaginaba pintado de múltiples colores a causa de los fuegos de artificios, el cielo que cubre a todo el continente. Sobran los motivos para las celebraciones: no solo el certamen ha arribado a su edición 40, sino que no resulta una utopía pensar que serán muchas en las que se continuará retratando el alma de Nuestra América.
Con esas canciones inmortales que nos han acompañado desde siempre, y que en su bella y cálida voz suenan aún más entrañables, abrió Haydée Milanés el evento que Alfredo Guevara fundara como presidente en diciembre de 1969, con la complicidad de Pastor Vega, Julio García Espinosa y de los entonces cineastas del Icaic.
Momento ideal para recordar, la jornada de este jueves en el teatro Karl Marx también sirvió para que los organizadores reconocieran con tres Corales de Honor a la extraordinaria mexicana productora y realizadora de documentales, Bertha Navarro; al prestigioso Sundance Institute, de Estados Unidos, y a Iván Giroud, presidente de esta fiesta del séptimo arte, quien agradeció en nombre de Cuba a nuestros cineastas de América Latina.
Lo hizo porque desde el principio ellos confiaron en nosotros y «por darnos sus obras, cuando antes, no pocos, ya habían entregado sus vidas por revelar la verdadera imagen de nuestros pueblos. Pensando en ellos, y en Fidel, y en Gabo, en nuestros sueños, y mirando el futuro», Giroud dio por inaugurado este cuadragésimo Festival.
Esta vez fue elegido el documental El Pepe, una vida suprema, del afamado realizador serbio Emir Kusturica, inspirado en las cualidades que han hecho del expresidente uruguayo José Mujica, un intelectual y un político admirado. Así inició de manera oficial la más importante cita cinematográfica de Cuba, que hasta el venidero día 16 llenará espiritualmente a «ese público exigente, emotivo, fiel, único, radical, que un día se descubrió en las pantallas de nuestros cines y terminó por darle su verdadero sentido al Festival, convirtiéndolo en parte indivisible de su historia».