He recibido una de las cartas más interesantes de mi amigo Floro. Es como un sicoanálisis a partir de un accidente doméstico, que deriva en una polémica artístico-mercantil. Me explico, o mejor dicho, les muestro parte de la misiva de marras:
«Estimado Jape, hace unos días, mientras me afeitaba, tuve un pequeño accidente. Sin querer me corté la barbilla y súbitamente ha salido un chorro de sangre que manchó todo el espejo del baño, el lavamanos y parte de la cortina de la bañadera… Cuando digo chorro no exagero. Fue una precipitación lineal al estilo de las películas de samuráis. Aquellas que hicieron famoso al actor japonés Toshiro Mifune, bajo la dirección de maestro Akira Kurosawa. Para que tengas una idea, fue como el efecto que despiadadamente (con toda intención) utiliza Quentyn Tarantino en su gustada saga de Kill Bill… ¿recuerdas aquellas “regaderas de sangre”? Así fue lo que me ocurrió.
«Una vez que pude controlar la hemorragia con varias toallas me personé en el hospital más cercano para recibir los primeros auxilios. Tras los exámenes pertinentes, pude comprobar que una de las posibles causantes de mi “baño sangiento” (para estar a tono con los thrillers) es que tenía la hemoglobina en 19,8. Luego de la previa recuperación, la torunda controladora, y un rato de análisis profundo, llegué a varias conclusiones:
«Primero: la causa de mi alto nivel de hemoglobina y por ende de mi aparatoso accidente fue la significativa rebaja de precios que sufrieron algunos productos cárnicos (hamburguesa de res y tasajo) en una tienda cercana a mi casa. Pasé el fin de semana comiendo estos alimentos, hasta en cuatro sesiones al día, porque se vencían en 72 horas.
«Segunda conclusión: Es posible que los llamados efectos especiales logrados en las películas de combate donde fluye la sangre cual fuente luminosa sean logrados tras elevar a cifras topes la hemoglobina de los actores.
«Interrogantes: ¿Por qué razón si ya está cercana la fecha de vencimiento de los productos hay que esperar hasta el último momento para rebajarlos? ¿Sus precios no podrían disminuir paulatinamente según se acerque la fecha de caducar? ¿Qué piensa usted al respecto, amigo JAPE?».
Estimado Floro, te aseguro que son muchas las cosas que ahora pasan por mi mente. Hay algo que sí te puedo asegurar: subir la hemoglobina de los actores no es el método que se utiliza para lograr los efectos sanguíneos a los que te refieres.
En cuanto a tu historia del accidente, cada vez se me parece más a los filmes que mencionas, quizá hayas visto alguno recientemente y por eso estés influenciado a la hora de plasmarlo en tu misiva. Tampoco sé si es posible ese nivel de hemoglobina del que me hablas. ¿Estás seguro de este dato?
Hay algo en lo que sí concuerdo contigo ciento por ciento: ¿Por qué esperar hasta el último momento para las rebajas de alimentos? Guardo el triste recuerdo de un amigo que se declaró diabético tras consumir cerca de diez kilos de confituras en menos de 48 horas. Ese fue el tiempo exacto que mediaba entre el día de la rebaja y la fecha de vencimiento de las dulces galleticas.