Portada de Confesiones de un Náufrago. Autor: Portada del Disco Publicado: 21/09/2017 | 07:02 pm
Con el sentimiento latente de que sería el último disco de la banda y la obsesiva idea de poder decir adiós con dignidad y «las botas puestas», comencé la grabación de Confesiones de un Náufrago, teniendo en un inicio como camarada de viaje al guitarrista y productor Tiago Felipe (Stoner), convocando, además, a músicos afines a la impronta de Extraño Corazón. Todo esto, bajo la mirada siempre atenta de José Manuel García (Bis Music), quien sin ocultar su emoción al escuchar los primeros temas, mantuvo su atención y no dejó de animarnos durante todo el proceso, mientras era arropado por un puñado de fieles e incondicionales amigos alrededor del mundo, quienes llegaron a mi rescate con las primeras señales de «S.O.S hombre al agua».
No hubo prisas, no hubo horarios esclavos, fechas de entrega o metas. Fue una feliz coincidencia que termináramos justo al cumplirse 25 años de aquella lejana noche del 21 de marzo de 1992, cuando el vocalista y armonicista Roberto «Keko» Fajardo y yo, con toda la inocencia del mundo, subimos por vez primera a un escenario.
Malditos o benditos aplausos que me llevaron hasta aquí.
Quiso el destino que, muchos años después de transitar por caminos separados, volviéramos a reunirnos, por lo que aprovechamos la libertad creativa que tuvimos para liberar y exorcizar por primera vez a nuestros ángeles y demonios sinfónicos, sin las expectativas tontas de los principiantes, pero con la sana intención y motivación de compartir este viaje.
Suceda lo que suceda, lo importante está aquí, en nuestra obra, en este disco que pudiera ser el principio del final, pero en el que pusimos todo el corazón y las mejores energías del universo, sin preocuparnos por el mañana.
Navegar y llegar con vida a tierra firme, sobrevivir a los naufragios, nadar contra la corriente, ha sido una constante y el desafío diario en estos largos años.
Confesiones de un Náufrago saldrá a la luz en momentos en los que siquiera se percibe una brisa a favor del rock hecho en la Isla, pero hombre de fe al fin, deseo —y necesito creer— con todas mis fuerzas, que de alguna manera resulte inspirador para las nuevas generaciones, en especial, para aquellos que, teniendo talento, han preferido engavetar sus canciones, sucumbiendo a las golosinas, las modas y el mimetismo.
El último de los mohicanos, náufrago, kamikaze, poeta maldito, villano, bala perdida, forajido, vikingo, roquero, Jessie Rainbow, capitán de un buque fantasma que aparece y desaparece entre un álbum y otro… un poco de todo eso he sentido y me ha tocado ser… dadas ciertas circunstancias, etapas y eventos de mi vida dentro y fuera de esta Isla, pero, saben…, llegar hasta aquí, compartir estas confesiones luego de ser rescatado, es un privilegio indescriptible.
Algunos pensaron que el penúltimo naufragio significaría el final de un largo viaje para Extraño Corazón y no se dieron cuenta de que solo comenzaba otro.
Bienvenidas sean entonces las tormentas… y los naufragios.