En un contexto romántico, músicos de la Ópera de Rouen, Francia, y cubanos ofrecieron este sábado un concierto, expresión de amistad e intercambio cultural entre la nación europea y esta isla, informó PL.
Luego de agradecer la oportunidad de reunir formaciones diversas Florent Audibert (violencello) rompió el hielo en la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís.
La suite, de Johann Sebastian Bach (1685- 1750), constituyó una sorpresa simbólica para el público, un regalo de Audibert fuera de programa.
«Para mí tiene un gran significado presentarme por primera vez en esta isla con una obra de quien es considerado el padre de los compositores del mundo», expresó en declaraciones a Prensa Latina el músico de la Ópera de Rouen.
Quizás sin habérselo imaginado, los espectadores, entre ellos diplomáticos franceses acreditados en La Habana, viajaron por diferentes épocas de la música clásica.
Fue un recorrido desde Bach hasta Guillaume Connesson (1970), un joven compositor de la música francesa actual.
El programa incluyó, en la primera parte, Dos piezas Op. 83, de Max Bruch (1838-1920), Disco Tocata, de Connenson y Cinco Bagatelas, de Antonín Dvrorák (1841-1904).
Después del intermedio, los músicos franceses y cubanos interpretaron Quinteto KV 581, de Wolfgang A. Mozart (1756-1791), y la Obertura sobre un tema hebreo Op. 34, de Serguéi Prokofiev (1891-1953).
A una interrogante de Prensa Latina sobre el significado del encuentro, Alfredo Muñoz, integrante del Dúo Promúsica, dijo que es muy importante compartir la partitura entre amigos con obras muy bellas.
Muñoz significó que el concierto representó un homenaje especial a la violinista Maruja Sánchez, quien fuera fundadora de la Orquesta Sinfónica Nacional.
Por su parte, el clarinetista cubano, residente en Francia, Lester Chio, impulsor del proyecto, reiteró la intención de traer a esta isla en 2013 a la Orquesta de la Ópera de Rouen, en su totalidad.