La famosa acompañante de Tarzán recibió en 2006, con motivo de su 74 cumpleaños, un homenaje y el premio Calabuch por sus méritos artísticos en el Festival Internacional de Cine de Comedia de Peñíscola. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:11 pm
Se pudiera decir que Tarzán está de luto. Su mejor amiga, la mona Chita, falleció tras un fallo renal a sus 80 años. El longevo animal dejó de existir el pasado 24 de diciembre —informó en su web el Suncoast Primate Sanctuary Foundation, en Florida, Estados Unidos—, mientras que en medio mundo brillaban luces navideñas y algunos entonaban auspiciosos villancicos.
Pese a no aparecer en las novelas originales de Edgar Rice Burroughs, Chita (Cheeta, en inglés) protagonizó en los años 30 del siglo XX la célebre saga cinematográfica de Tarzán, junto al estadounidense Johnny Weissmüller, aquel buen mozo de origen austriaco, cinco veces campeón olímpico de natación y dueño de más de 60 plusmarcas universales.
Entonces el primate vivía su más tierna juventud, pero aun así conquistó a nuestros abuelos y a sus padres, cobijados, en cualquier sala oscura, de la inclemente realidad de la crisis económica mundial y de los negros heraldos que anunciaban la próxima gran guerra.
Considerando que cuando máximo los chimpacés pueden vivir 60 años, algunos medios han dicho que esta criatura no es aquella que presenció el vigoroso abrazo de Tarzán con el descomunal cocodrilo en las turbias aguas de un río artificial, que para varias generaciones de fanáticos continúa fluyendo en medio de una oscura jungla tropical. Muchos dudan, aunque haya entrado por su presunta edad en el Libro de Records Guiness.
Debbie Cobb, de la reserva Suncoast, señaló a la prensa que Chita amaba pintar con los dedos y el fútbol americano y entendía muy bien los sentimientos humanos. Sabía exactamente si uno tenía un día bueno o malo. Y cuando pensaba que malo, intentaba continuamente hacer reír, agregó.