Emmanuel Tornés Reyes, escritor y crítico literario, conversa con Juventud Rebelde durante la segunda jornada del Pabellón Cuba, espacio de los niños y jóvenes en la XX Feria Internacional del Libro Cuba 2011. Autor: Calixto N. Llanes Publicado: 21/09/2017 | 05:06 pm
Un verdadero regalo para el público infantil trae la Casa Editora Abril con la antología La isla de los sombreros mágicos, preparada por la profesora María Luisa García Moreno y el crítico literario Emmanuel Tornés Reyes, quien además es profesor e investigador en la Universidad de La Habana.
Acerca de La isla..., uno de los títulos más atractivos para el público infantil nos comenta Emmanuel, en medio de la alegre algarabía que reina en el Pabellón Cuba, sede nacional de la Asociación Hermanos Saíz, y el espacio principal de niños y jóvenes en esta 20 Feria Internacional del Libro que concluirá en la capital, y en occidente, el próximo 27 de febrero.
—¿Por qué decidió preparar esta antología para los niños y adolescentes?
—Todos siempre recordamos y tenemos dentro ese niño de la infancia; repasamos sin darnos cuenta las historias que nos marcaron en la niñez, durante la adolescencia. Hoy día existe la necesidad imperiosa de actualizar la literatura dedicada a ellos. Por eso nos propusimos María Luisa y yo traer una esencia de los textos de los escritores cubanos contemporáneos más importantes.
«Realizamos una antología para brindar un libro que rescate el hábito de la lectura, que sirva para atraer a ese público urgido de un material útil, divertido y lleno de imaginación».
—¿Cuál es el reto que han tenido que enfrentar a la hora de concebir una colección para este grupo de lectores?
—Debemos tener en cuenta que esa es la etapa donde la mente está más fresca, donde el ser humano está aprendiendo de la vida. En la infancia es donde se organizan los elementos que nos formarán integralmente para toda la vida.
«Es muy difícil aunar todos los elementos para este público, principalmente porque tenemos que pensar en cómo despertar la imaginación de los niños a la máxima potencia, el ensueño y el mundo puramente que sienten y observan.
«El otro desafío es encontrar las ilustraciones que vamos a escoger y lograr del objeto libro un material de ilusión».
—¿Qué valores cultivará este libro en los niños?
—La fraternidad y la solidaridad humana, también valores como la necesidad de aprender del mundo natural, el deseo de considerar los distintos aspectos de la vida y cómo conocerlos para poder enfrentarlos cuando lleguen.
«Todo el que lea La isla de los sombreros mágicos será un mejor ser humano. La buena lectura nos convierte en personas más tolerantes con nuestros semejantes, más nobles y protectores de la vida, la naturaleza».
-Desde su opinión, ¿cuál es relato de la antología que cumple mejor estos requerimientos?
—Sin duda alguna el de Dora Alonso, porque es una de las grandes escritoras de la literatura infantil de Cuba, de Latinoamérica, y me atrevería a decir que de nuestra lengua también. Por eso la homenajeamos con este libro por su centenario.
—¿Por qué se ha decidido por antologar en lugar de escribir?
—Aunque me encantaría escribir, no tengo esa facultad. Mi don es saber seleccionar los cuentos y encaminar a los autores. Tal vez mi cuento para los niños es el trabajo final, la obra completa, porque la pienso y la organizo, y así va mi aporte para ellos.
—Se dice que habrá un segundo volumen de La isla de los sombreros mágicos...
—Así es. Persigue los mismos objetivos del anterior y recoge autores más actuales de un gran talento, que tienen ese sello de impresionar el alma y la espiritualidad del niño. El libro tendrá cuentos de Yoss, el escritor de ciencia ficción que debuta para niños y adolescentes. En este volumen también estará Mildre Hernández, una joven de gran sensibilidad, quien me recuerda a las canciones de Liuba María Evia.
—Además de La isla de los sombreros mágicos, ¿qué otro libro recomendaría para los niños?
—No deberían faltar El Principito, Había una vez... ni las obras de Dora Alonso. Porque escribir para niños conlleva una gran responsabilidad no solo didáctica e ideológica, sino también educativa. Precisamente el niño es el ser más crítico y de mayor sensibilidad para la apreciación estética, porque no tiene compromiso, es una mente abierta, libre.
«Las publicaciones dedicadas a ellos deben ser muy bien seleccionadas, sin improvisaciones».
—¿Qué importancia le concede a la lectura?
—Uno incalculable, porque la lectura es la propiedad inviolable y más hermosa que tenemos los seres humanos. Esa no te la puede sustraer nadie.
«Siempre recuerdo el ejemplo del Coronel Orlando Cardoso Villavicencio, el autor de Reto a la soledad, cuando estuvo preso y la vida apenas tenía sentido para él. Entonces expresó que la lectura le hizo recobrar la credibilidad y lo salvó del sufrimiento».