Adela Moro, directora de Zunzún, publicación de la Casa Editora Abril, que acaba de cumplir 30 años. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
En la pequeña redacción de la revista Zunzún, de la Casa Editora Abril, el colectivo de esa publicación mensual muestra, con la dicha y el orgullo convertidos en sonrisas, invaluables tesoros. Uno de esos patrimonios consiste en una especial exposición pictórica, conformada por los dibujos que los pequeños lectores les envían como muestra de aprecio; otro es lo que ellos denominan El arbolito de las afinidades —singular estructura nacida del trabajo manual mancomunado—, que contiene regalos, postales de felicitación y cartas de niños. También guardan celosamente una colección de cuando la revista debía realizarse manualmente antes de ser impresa.
Esos tesoros, fortunas cuyo valor radica en la modestia, constituyen los frutos de una labor cosechada durante 30 años, aniversario al que arribó la revista este 10 de octubre.
Así lo manifiesta Adela Moro, directora de Zunzún. «Cada número supone un proceso creativo que más que una tormenta de ideas se convierte en una locura, porque nuestra idea es sorprender al lector, agradarles y lograr que los temas que abordamos sean bien recibidos. Siempre estamos en la búsqueda de la mejor manera, mediante la ilustración y el texto, de motivar y atraer».
Zunzún, desde sus inicios fue espacio que potenció el desarrollo de la historieta y devino escuela para maestros de este género como Juan Padrón —quien realizara la primera portada con Elpidio Valdés, personaje preferido por generaciones de niños—; Jorge Oliver, con su primer gato verde, que después sería el Capitán Plin; Virgilio Martínez, creador de las letras que los identifican y exhibe el cabezal de la revista, y su personaje Cucho; y Roberto Alfonso con Yarí.
Otro de los aspectos que distingue esta publicación infantil lo constituye el modo particular de su periodismo, muchas veces menospreciado por estar concebido para un sector etario que, no pocas veces, también se ve afectado por la subestimación. «Los niños son jueces exigentes, enseguida te dejan saber que lo que hiciste no gustó o no funcionó».
Según explica Adela, el periodista tiene ante sí un reto permanente: la síntesis, pues en dos o tres líneas debe decir mucho. A veces se hace una investigación profunda, de tiempo, y finalmente se queda en 16 líneas, que es un artículo de una página.
«Zunzún tiene un carácter enciclopédico. Presenta el desafío de tocar todos los temas posibles, sin subvalorar en ningún momento a nuestro público. Tratamos de que el niño llegue al conocimiento de manera amena, pero a la vez ampliándole su universo cultural, el modo de conocer la vida y la sociedad en que vive.
«Abordar en 16 páginas una amplia gama de intereses se convierte en un abracadabra de cómo poner los materiales sin atiborrar o saturar de información y contenido. Es muy complejo acoplar disímiles gustos en una propuesta válida para todos, en especial si tenemos en consideración que la revista está concebida para los chicos de Primaria, y ese rango de edad abarca desde el infante de primer grado, que aún no sabe leer ni escribir, hasta el de sexto grado, lo cual supone niveles de comprensión y motivaciones totalmente diferentes. Siempre digo que esta experiencia se erige como una aventura de planificar y poner en cada lugarcito lo que pensamos que puede ser útil en ese momento».
Secciones reconocidas de la revista como los Por qué, Para curiosos —ambas adaptadas al medio audiovisual— y Mi taller, figuran entre las favoritas de niños y adultos.
Los temas históricos también poseen gran relevancia, refiere la Directora de Zunzún. «Del personaje o hecho histórico indagamos y profundizamos en lo más curioso y lo desconocido. Intentamos mostrar al héroe niño para establecer patrones de empatía e identificación.
«Somos la primera puertecita que abrirán los pequeños al conocimiento y según la manera que lo hagamos estaremos sentando las bases para el futuro lector de la revista Pionero, el adolescente apasionado de Somos Jóvenes y el adulto consciente de la importancia de cuidar un árbol, de ser honesto y solidario».
Arribar a 30 años de vida implica el paso de generaciones distintas. Para Maikel García, joven historietista de la publicación, representa una satisfacción haber sido primeramente lector y ahora uno de sus artífices. Afirma que con la influencia de una tradición tan fuerte como la de Zunzún, el creador debe asumir el legado heredado y crear un sello propio.
Sonmy Álvarez, artista de la historieta y creadora de tres personajes: Claudia, Pelota y Fito, valora su labor en la revista como lo mejor que le podía pasar. «Trabajar para los niños, reflejar la vida y que ellos integren fantasía con realidad, a través de los personajes, es un placer».
Zunzún, además, ha obtenido importantes méritos en la producción de libros para niños, entre los que destacan la serie de héroes como Pepe Martí; una colección de diez libros con los personajes y secciones más gustados, los volúmenes Conociendo a..., que abordan la vida de héroes como Camilo Cienfuegos y el Che; la colección Patriotas cubanos, que llega a su séptimo libro y descubre al lector esos patriotas menos conocidos y el papel de la mujer en las guerras de independencia; y Rebelión, recorrido en historieta que va desde el desembarco del Granma hasta el Triunfo de la Revolución.
Ante la pregunta de cómo el colectivo celebraría estas tres décadas de vida, Adela reveló que festejarían junto a los lectores, para lo cual se darán cita en la Plaza de la Catedral el 14 de octubre, con el propósito de realizar una presentación de la revista. Homenaje y justa rememoración de aquel 10 de octubre de 1980 en que fue presentado el primer número de una publicación que, pequeña e intranquila como esa ave endémica de nuestra Isla, aboca sus sueños y esfuerzos en el trabajo constante para los que saben querer.