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Vivas a Alicia Alonso y Cuba en homenaje del American Ballet Theatre

La prima ballerina assoluta Alicia Alonso comentó que en El Metropolitan Opera House se percibió en todo momento una corriente de calor humano, un entendimiento gratificante

Autor:

Juventud Rebelde

La prima ballerina assoluta Alicia Alonso mantiene este viernes frescas las emociones del tributo ofrendado por el Américan Ballet Theatre, al considerarla «una noche espléndida, una de esas experiencias que un ser humano nunca puede olvidar», informa  Prensa Latina.

En declaraciones exclusivas -vía telefónica- a Prensa Latina apenas entrada la mañana, comentó que en el Metropolitan Opera House, sede del homenaje, se percibió en todo momento una corriente de calor humano, un entendimiento gratificante. El teatro rebosaba de un público que dio Vivas a Cuba, destacó.

Al referirse a los detalles de la gala, mencionó el documental exhibido, realizado por un cineasta británico, una mirada a su historia personal y artística. Está muy bien hecho, detalló, con un aliento humano que me emocionó mucho e impactó al auditorio congregado en el Metropolitan.

Alonso guardará el regalo de esa noche como uno de sus recuerdos más entrañables. Ante ella desfilaban pasajes de su trayectoria, del arte y la cultura «que es la que une muchísimo a los seres humanos». La cultura que triunfa sobre la guerra.

A modo de flash back, el tributo la hizo revivir sus inicios en la danza ligados al surgimiento mismo del American Ballet Theatre (ABT), del que fue fundadora en 1940.

 

El ABT es parte importante de mi vida, fue el principio de mi carrera, rememoró. Recurriendo a una imagen gráfica, lo definió con elocuencia. «Es como sembrar un árbol y hacerlo crecer, fueron muy buenas las raíces y buena la tierra que me cultivó».

El homenaje de anoche, añadió, me hizo recordar «a todas las figuras con quienes trabajé en el ABT, a los bailarines que crecimos juntos. Todavía estoy inmersa en esa oleada cálida, en ese caudal de emociones. Fue como un viaje al pasado».

Tal vez recordara entonces a Anton Dolin, su primer partenaire en Giselle, aquella noche memorable del 2 de noviembre de 1943, cuando sustituyó a Alicia Markova en el protagónico de ese ballet súmmun del romanticismo. Para muchos de sus colegas de aquellos tiempos, y en especial para Dolin, Alonso era entonces la "baby" del ABT.

Hoy se reunirá con alumnos de la compañía, con quienes compartirá sus experiencias y concepciones sobre la danza, su propio trabajo y el del bailarín. Pero ella, siempre abierta a lo nuevo, a lo por venir, prefiere definirlo con una frase sintética.

Será, aseveró, como un encuentro con el futuro de la compañía.

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