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Miguel Hernández se deslizó sobre una añeja fortaleza habanera. Pero no era él quien escribía en ese momento. Fueron los estudiosos de su obra quienes acudieron a la cita de La Cabaña, donde la Feria Internacional del Libro abrió un espacio para la II Jornada Hernandiana en la Isla.
El afamado poeta español se nos develó de disímiles maneras en la sala José Antonio Portuondo de la otrora instalación militar. Dos de ellas resultaron muy originales: el texto del musicólogo, periodista y escritor español Fernando González Lucini, y la musicalización de su poesía por varios trovadores.
Este martes en la mañana se descubrió al poeta, de la mano de Lucini, con Miguel Hernández ¡Dejadme la esperanza!. El volumen, que tendrá su presentación oficial este 17 de febrero en la Sala Nicolás Guillén, forma parte de la colección Canción y literatura, y en él se expone cómo se ha captado a Miguel Hernández desde la música.
Para González Lucini es una enorme gratificación presentar su texto en La Habana, una ciudad que ama profundamente» por su cultura y por la trova, un género del cual es ferviente admirador.
Y precisamente en la jornada de ayer, fue presentado por el músico cubano Alberto Faya, un disco que nos reveló a Miguel Hernández, quien naciera en Orihuela en 1910, desde la voz de trovadores.
En el álbum intervinieron participantes en el concurso Una canción para Miguel, auspiciado por la Fundación que lleva su nombre en España, y el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.
Sin dudas, tanto el fonograma como el texto de Lucini parafrasearon ese espíritu salido de la métrica Hernandiana, y han sido un dulce aliciente para quienes deseaban acercarse a una de las figuras prominentes de la literatura en el siglo XX.
