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Artistas del concierto Paz sin Fronteras 2009 conversan con Juventud Rebelde

Juventud Rebelde publica declaraciones de los artistas que participarán en el concierto Paz sin Fronteras que tendrá lugar en la Plaza de la Revolución. Compartirán escenario Amaury Pérez (Cuba), Danny Rivera (Puerto Rico), Cucú Diamante y Yerbabuena (Cuba-Venezuela), Juan Fernando Velasco (Ecuador), Jovanotti (Italia), Juanes (Colombia), Luis Eduardo Aute (España), Miguel Bosé (España), Olga Tañón (Puerto Rico), Orishas (Cuba), Silvio Rodríguez (Cuba), Van Van (Cuba), Carlos Varela (Cuba), Víctor Manuel (España) y X Alfonso (Cuba)

Autor:

Redacción Digital

Olga Tañón, Estoy aquí por este pueblo

Olga Tañón es una mujer de ley. La vida la ha hecho de esa forma. «Tuve que empezar de abajo» y enfrentar esas pruebas duras que el destino impone. Ha venido a Cuba, un país que según dice la hace quitarse el sombrero, porque afirma «es lo más lindo que me ha pasado en mis 21 años de carrera».

La Tañón se define a sí misma como «una mujer luchadora, pero no controversial». De esa manera se presenta ante aquellos que la han catalogado de mujer de fuego. Para ella esa «llama» que la enaltece no tiene nada que ver con un disparo. «Aunque siempre apunto al corazón, que es el blanco al que todos los seres humanos tenemos que tirarle».

Su música, muy popular en la Isla, sonará junto a otras el domingo 20 de septiembre en el concierto Paz sin Fronteras, que tendrá lugar en la Plaza de la Revolución José Martí.

Ha anunciado que cantará Cuando tú no estás y Cómo olvidar. Con esas canciones quiere que se quede en su mente cada rostro de los cubanos. Lleva en su sangre algo de nuestra tierra. Lo confiesa. «Los veo a ustedes como hermanos. Se parecen demasiado a nosotros los puertorriqueños», revela en exclusiva a Juventud Rebelde, a solo minutos de pisar nuestro suelo.

«Estamos demasiado cerquita», dice con esa locuacidad boricua. «Oye, a Cuba, Puerto Rico y Santo Domingo, nos descubrió el mismo “tipo”. Tenemos las mismas raíces indígenas, africanas y españolas. Llevamos el ritmo en la sangre. Por eso sale de estas islas tanto talento».

Eres muy popular en Cuba, le apunto, aunque lo sabe. «Me lo contó un gran amigo que viene mucho aquí. Varias veces, antes de esta oportunidad del concierto con Juanes, él me dijo: “Olga, un día irás allá”. Y le respondí que quería venir y tocar aunque fuera debajo de una palma, con la gente de este pueblo, porque esa es mi esencia, de donde salí.

«Cuando me enteré de que había tanta gente para el concierto del 20 de septiembre y que de momento todo el mundo había dejado a Juanes, cuando él me pidió que no lo dejara, yo le contesté: “No te voy a abandonar, porque yo no tengo por qué pelear con nadie”.

—¿Eres cómo la imagen que dan tus canciones, Olga?

—Hay muchos temas que canto, pero que no he escrito. Simplemente pegan. Eso sí, los que más me gustan son los de amor.

—Luego de discos como Sola, Mujer de fuego, Siente el amor, y un sinnúmero de reconocimientos internacionales, decidiste hacer cambios en tu carrera. ¿Temías el encasillamiento o sencillamente apostaste por probar otros géneros?

—Empecé como baladista. No tenía dinero y en casa no había nadie que cantara para darme un impulso. Pero en una audición me dieron la oportunidad de cantar merengue, ese mismo que cantaba y bailaba en la marquesina de mi casa. Entonces la persona que me ayudó, me dijo: «Si cantas y lo haces bien, pues interpretarás lo que sea.

«Y así comencé, con el merengue e, irónicamente, ha sido maravilloso por estas dos décadas».

—En una ocasión dijiste que dialogabas con tu público, que le preguntabas qué música prefería que hicieras. ¿Es así como debe ser la relación entre los artistas y la gente?

—Todo parte de tener respeto por los demás. He aprendido a respetar otras formas de pensar, a todos los seres humanos y hasta lo que la gente quiere escuchar. Es increíble. Ellos te dicen: «Canta lo que te dé la gana». Y entonces hago un disco de baladas, y quieren uno de merengue. Luego hago uno de merengue, y quieren baladas. Entonces digo: «Haré uno que se llame Entre cinco y diez, para que tenga de todo».

—Has confesado que para escoger tus temas necesariamente tienen que decir algo. ¿Qué requisito deben cumplir para que atraigan a Olga Tañón?

—Un gancho que le guste a la gente y la ponga a bailar, si es un merengue. En cambio, si es una balada, que diga realidades, que con lo que escuchen puedan identificarse.

«Porque no puedo cantar: “Me enamoré de un marciano”. Eso no es real. Tengo que hacerlo de cosas que lleguen al corazón, porque la melodía teje almas. Por ello hay que tener cuidado a la hora de hacer música».

—Olga, ¿tu familia en qué punto está?

—Verdaderamente, ellos han sido lo más importante en mi vida. Son mi fe de todos los días. Estoy echando pa’lante con mi Gabriella Marie, que es muy especial. Tengo dos hijos más: Indiana Noa e Ian Nair. Son los niños que le mueven la conga a la Tañón.

¿Qué tipo de comida te gusta? ¿Sabes de algún plato cubano?, la interrogo para devolver la conversación a ese punto inicial donde Cuba es el centro. «Todo lo que engorde y tenga grasa», contesta.

«Me gusta la comida de ustedes. Mi hija saca a cada rato una lata de habichuelas negras y me dice: “Mamá, habichuelitas negras”, en señal de que le agradan y recordando a Mati, mi amiga cubana que insistía en que las comiera para que le subieran las plaquetas.

«Cuba se parece tanto a Puerto Rico...», piensa en voz alta Olga Tañón. Tiene muchos admiradores aquí, le dice un colega. «Estoy muy agradecida por ello. Y les doy las gracias porque obviamente estoy aquí por este pueblo. Es mi primer concierto, pero siento que serán muchos después de este», repite la cantante.

En Olga Tañón se manifiesta esa firmeza y humildad que aflora en sus textos, pero también en escena, y en solitario. Esa sensación la tuve al volverla a encontrar ayer en la tarde, cuando la afamada artista dialogaba con los estudiantes del Conservatorio de Música Amadeo Roldán.

«Mi mayor sueño es saber leer música», reconocía emocionada ante tanto «talento reunido». Tanto, que no pudo evitar invitar a los Rítmicos —grupo integrado por alumnos y profesores de la escuela—, a que el domingo compartieran con ella el escenario.

«Será una presentación maravillosa», no se cansa de decirlo. «Hay que darle una lección al mundo de que se puede ofrecer un concierto por la paz. Porque, al fin y al cabo, creamos en lo que creamos, todos somos seres humanos».

Amaury Pérez: Es estimulante compartir escenario con colegas de otros países

Asegura el reconocido trovador Amaury Pérez, que «la idea del concierto del 20 de septiembre surgió en la cabeza y el corazón de Juanes, quién sabe cuando», cuando se le pregunta sobre la esperada presentación del domingo venidero, que tendrá lugar, a partir de las 2:00 p.m., en la Plaza de la Revolución José Martí, de La Habana.

Él, que subirá al escenario en nombre de la paz junto a un grupo de artistas cubanos y extranjeros, se enteró de los detalles en una cena con el cantante colombiano, quien estuvo en la Isla el pasado 24 de junio.

Devela a Juventud Rebelde el intérprete de Acuérdate de abril y Encuentros que «Juanes y su manager nos pidieron opinión, y nosotros sin más le dijimos que sí. Entonces, nos invitó a Silvio y a mí a participar, y ambos aceptamos. Luego, en medio de la cena, Juanes propuso a los Van Van, y el auditorio se regó de alegría. Fue así de sencillo», explica el destacado cantautor que acaba de terminar un disco llamado Bardo, y quien tiene en planes algunas giras de conciertos pendientes que debe realizar en otoño por Venezuela, España, Portugal, México; y en Cuba, para diciembre.

¿De ese encuentro salieron otros proyectos futuros que quizá nos pudiera adelantar?, le interrogo por correo electrónico. Amaury, que recién terminó un nuevo libro de cuentos, prepara otros dos discos y adelanta su tercera novela, dice que solo el del domingo, aunque deja una puerta abierta: «Imagino que dependiendo de su éxito, cosa de lo que no tengo dudas, pudieran abrirse otros caminos de colaboración».

Varios artistas de la región se sumaron a esta iniciativa de Paz sin Fronteras. Amaury piensa que siempre es grata y estimulante «la posibilidad de compartir escenario con colegas de otros países, vengan de donde vengan».

—¿Qué trascendencia tiene para la música nacional este hecho?

—Creo que poco. Si en algo somos «autosuficientes» es en nuestra facilidad para generar música y músicos de extraordinaria calidad y con signo propio. La música cubana se puede fusionar, pero el sello de lo auténtico siempre es reconocido; es lo que suelo llamar «la soberanía de lo esencial cubano», aunque hagamos rock o pop.

—¿Por qué escogieron la Plaza de la Revolución? ¿Desde cuándo no toca allí Amaury?

Se escogió por sus dimensiones y, por lo tanto, la capacidad que tiene de albergar grandes cantidades de público.

«Hace algunos años que no canto ahí, pero siempre es estremecedor hacerlo y, al menos para los músicos cubanos, es un honor y un privilegio».

—¿Cómo se decidió que fueran estos músicos cubanos los que actuarían el 20 de septiembre?

—Los solicitó Juanes y la organización foránea de Paz sin Fronteras. Nosotros, los organizadores por la parte cubana, hemos funcionado como personal de apoyo. Es una hermosa idea y la hicimos nuestra sin objeciones ni condiciones. Si por nosotros hubiera sido, el concierto duraría una semana, pero, por razones obvias, es imposible.

—¿Por qué un concierto con objetivos tan nobles ha causado tanto revuelo, sobre todo en Miami?

Para mí fue una sorpresa tanto alboroto. Me dicen que debí esperarlo. No lo hice. Hay que decir que no es todo Miami, generalizar no es bueno. Son los mismos resentidos de siempre y con acceso a los medios. La comunidad cubana en esa ciudad es grande y plural, de alguna manera todos tenemos allí un familiar, un amigo, un colega, un conocido, y no todos se comportan negativamente con respecto a su Cuba, o la Cuba de sus mayores.

—¿Qué cantará en el concierto?

—Creo que algunas de mis canciones más conocidas. Pienso en Acuérdate de Abril y Hacerte venir. Pura arqueología musical, todo depende del tiempo de que disponga, pero estaré acompañado por la mejor banda de la que puede presumir cualquier cantante.

«De todas maneras no seré tan tonto como para pretender robarle el tiempo a los artistas que verdaderamente el público cubano quiere escuchar. Es cuestión de caballerosidad y sentido común».

—Si tuviera que decir qué une a los músicos que estarán el 20 de septiembre en La Habana, ¿qué diría?

—Humanidad, solidaridad, altura, respeto, humildad y sentido de la justicia.

X Alfonso: el concierto Paz sin Fronteras de La Habana será muy especial

Justo antes de que la banda de X Alfonso comenzara su ensayo en una construcción antigua ubicada en la misma esquina de 17 y E en el Vedado capitalino, Juventud Rebelde llegó para preguntarle al músico cubano sus expectativas sobre el concierto Paz sin Fronteras.

-¿Qué esperas de este concierto en La Habana?

-Considero que va a ser muy bonito, muy especial, porque el público cubano va a tener la oportunidad de disfrutar de un gran concierto, con tales magnitudes, que hacía rato no se hacía.

-¿Qué tienen en común los artistas que unirán sus voces este domingo en la Plaza?

-A los artistas que cantaremos en la Plaza este domingo nos unen muchas cosas, entre ellas la visión general que todos tenemos de la paz, la unidad, la solidaridad... Esa es la motivación que tenemos todos.

-¿Cómo llegas a este proyecto?

-Me involucré con el proyecto desde que el representante de Juanes se comunicó conmigo y me preguntó si quería formar parte de él; y por supuesto que acepté de inmediato.

-¿Y entonces, qué temas nos vas a regalar?

-Eso es sorpresa. Queremos que se enteren ese día en la Plaza.

-¿Crees que de este concierto salgan otros proyectos?

-Me imagino que sí, que a partir de este concierto puedan surgir muchas cooperaciones entre artistas cubanos y de otras partes del mundo.

-A pesar de que tienes una página en Facebook, no tienes un sitio en la Web. ¿No le interesa a X Alfonso explotar este campo?

-Creo que Facebook es genial, pero hay que tener primero una conexión a Internet, y segundo, la velocidad de conexión también. Lo otro es que tengo mucho trabajo y le dedico muy poco tiempo a Internet. El trabajo físico que tengo no me permite adentrarme en lo virtual.

El cantante, de 37 años, formó parte de los grupos Estado de Ánimo, Síntesis y Havana, y tiene en solitario los discos Mundo real, X Moré, Delirium, Civilización y Revolution. La banda sonora del filme Habana Blues le valió un premio Goya a la mejor música original.

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