En esta ocasión, nos dedicaremos a aclarar dudas acerca del uso de los numerales, que como sabemos, son las palabras con las cuales se representan los números.
La numeración arábiga es la introducida por los árabes en Occidente. La romana nos llegó con los romanos. En la primera hay diez signos, cifras o dígitos: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, y 9. En la segunda, siete letras del alfabeto latino: I, V, X, L, C, D, y M, con valores respectivos de: 1, 5, 10, 50, 100, 500 y 1 000. Explicar todo lo relacionado con esta numeración, sería de nunca acabar; así es que lo dejaremos aquí. ¡Total!, actualmente se emplea en pocos casos.
Los numerales se dividen en cardinales o absolutos, que indican el número sin asociarlo a ninguna otra idea, ordinales, expresan el orden; fraccionarios o partitivos, y multiplicativos. Los cardinales pertenecen a los llamados adjetivos de cantidad; los ordinales, a los demostrativos. Cuando los cardinales (uno, veinte, treinta y dos, mil, etc.) no se aplican a lo que se cuenta, son sustantivos invariables de género masculino. Son adjetivos, cuando acompañan al sustantivo: doce libros, veinte alumnos, cien soldados, etc. Si van después del sustantivo, adquieren el valor de ordinales: el año treinta, el siglo veintiuno.
Los multiplicativos o múltiplos son doble, triple, cuádruple; los partitivos, medio, cuarto, quinto, etc.
Los números se escriben, en ocasiones, como cifras, en otras, como palabras. Veamos: Si el texto es técnico o científico, emplearemos cifras, porque estas son más concisas y claras; también en carteles, en etiquetas. Por el contrario, en obras literarias, es más elegante el uso de letras.
En un mismo texto no debe haber números escritos con cifras y con letras; salvo en este, claro está, comprenderán que me veo obligada a hacerlo, para explicar cada uno.
Cuando se usan abreviaturas en las unidades de medida, se aconseja no emplear letras. Así debemos escribir: La habitación mide tres metros, o la habitación mide 3 m.
En frases hechas y en oraciones donde haya cierto grado de expresividad, deben usarse letras: Tan unidos como los cinco dedos de la mano. Llevo mil horas esperándote.
Te prometo continuar con este asunto en la próxima semana. Puede parecerte aburrido, es verdad, pero recórtalo y guárdalo en una gaveta. Verás cuántas veces vas a consultarlo.
Las respuestas de hoy: Sopa de jigote —el diccionario remite a gigote— llamaban nuestras abuelas a la sopa a la que agregaban pedazos muy pequeños de pollo o de carne. Procede del francés gigot, pierna de carnero, cordero o cabrito, cortada para servirla. En español, el guisado de carne picada rehogada en manteca, y por extensión, cualquier comida picada en pedazos menudos.
Los que denominaron Venezuela a ese país amigo fueron, según opinan algunos: Alonso de Ojeda, y Juan de la Cosa, en 1499. Hay quien dice que fue Américo Vespucio. Cuando los exploradores españoles vieron las casas que construían los indígenas, sobre pilotes, en el lago Maracaibo, pensaron que aquella región era como una pequeña Venecia, y así la nombraron.