Mi hija Patricia me contó que los mexicanos usan con frecuencia el verbo malmodear. Aunque probablemente a ningún académico se le ha ocurrido proponerlo, me encanta. Significa: ‘tratar de mal modo’. Déjame confesarte que estoy loca por emplearlo, no te asombres si dentro de unos días, ves en estas cosas que escribo: No malmodeemos así el idioma, hablemos mejor.
Hay otro verbo, incordiar, que tampoco empleamos en Cuba, y sí en España. Ese —podemos encontrarlo en cualquier diccionario— quiere decir ‘molestar, importunar’, y se conjuga como anunciar. Procede de cor, cordis, corazón, con el prefijo in, que indica negación: Inconforme, que no está conforme; inválido, que no se vale por sí mismo. Debemos ir a la etimología, al origen: Cordial, ¿viste?, procede de cor, cordis, en latín corazón, esfuerzo, ánimo.
Esa señora está siempre incordiando (sus relaciones no son cordiales).
En cierta ocasión leí que, luego de muchas entrevistas, se llegó a la conclusión de que cristal y azul eran los vocablos más bellos. ¡Claro está, celebrar la forma de los vocablos, sin tener en cuenta el contenido, suena a superficialidad! Ambos elementos constituyen lo que se llama una unidad dialéctica. No puede existir el uno, sin el otro. Hay una relación muy estrecha entre ambos.
Martí decía —cito de memoria—: La palabra águila no consiente detener el vuelo; y Juan Ramón Jiménez escribió: ¡El pozo! ... Platero, ¡qué palabra tan honda, tan verdinegra, tan fresca, tan sonora! Parece que es la palabra la que taladra, girando, la tierra oscura, hasta llegar al agua. Así deben mirarse, deben oírse, relacionándolas con su significado.
La respuesta de hoyQuerida lectora: Estoy segura de que el nombre con el cual firma su mensaje, no es suyo; llamarse Zuca Rodicio, es bastante telenovelesco, pero además, ya ha pasado algún tiempo de nuestro diario encuentro con esos personajes. De cualquier modo, respondo sus cuatro preguntas: Sí, cuando in precede a la letra l o a la r, pierde la n: ilícito, irremediable, irritar. Delante de b o de p, cambia la n por m: imborrable, imperdonable. Dice que ha oído «inresponsable», «inlegal»; que ha visto escrito: «inpuro». Yo también, pero eso no quiere decir que sea correcto.
Senescente y senil deben usarse, teniendo en cuenta sus diferencias: El primero califica a quien empieza a envejecer; el segundo, a la persona de avanzada edad, en la que ya se advierte decadencia física.
Jauja es el nombre con que designamos lo que deseamos aparecer como próspero, como abundante. Parece deberse a una alusión al Valle de Jauja, en Perú. Igual que Vale un Potosí, vale una gran cantidad de dinero. ¿El origen?: Un cerro en Bolivia, donde existieron ricas minas de plata.
Sí, en una ocasión hablé del sustantivo vis. No dije que fuera un disparate. Recuerda mal. Busqué entre mis papeles, y copio literalmente, para usted, lo que en aquella lejana ocasión escribí: La RAE registra la expresión: vis cómica. Esas palabras latinas se traducen frecuentemente de modo erróneo. Leí una vez que César, en un epigrama, lamentaba que el talento de Terencio fuera más brillante en la forma que en el fondo. En los versos aparecía una coma después de vis, así que el adjetivo modificaba al sustantivo que le seguía: virtus, con otro sentido. De cualquier modo, usted y yo, y todos, lo usamos como sinónimo de fuerza cómica.