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El Censo, imprescindible para pensar y decidir mejor

Alrededor de 3 800 trabajadores sociales están involucrados hoy en la realización del registro previo, antesala del ensayo censal y el Censo de Población y Vivienda. Sobre estos procesos y su pertinencia, Juventud Rebelde conversó con Diego Enríque González Galbán, director nacional del Censo

Autor:

Raciel Guanche Ledesma

CADA vez son mayores los retos demográficos que presenta nuestro país y que debe sortear con claridad meridiana. En el último lustro han existido variaciones drásticas, por ejemplo, en aspectos relacionados con el envejecimiento, la migración —tanto interna como externa— o el decrecimiento poblacional, debido a las coyunturas específicas que hemos atravesado. 

Sin duda, estos elementos, unidos a otros no menos importantes, han influido directamente en las características demográficas actuales de Cuba. Pero saber cuánto ha cambiado o modificado la población es algo que solo puede comprobarse en el terreno, casa por casa, y en el contacto estrecho con la gente.

Cada paso que se toma en el país está precedido de evaluaciones estadísticas e informaciones precisas. Por eso, el Censo de Población y Vivienda desempeña un papel decisivo para la recopilación y procesamiento de datos que tributen a estrategias eficientes. Y es que, más allá de los temas humanos, este proceso abarca el estudio georreferenciado de entidades económico-sociales.  

Desde el año 2012 Cuba no se lanzaba a realizar un Censo y ahora busca concretarlo desde la eficacia tecnológica. Los expertos y las normas internacionales recomiendan hacerlo cada diez años, pero las condiciones por las que transitamos en años recientes, debido a la pandemia de COVID-19 y la crisis económica, impidieron su desarrollo en el momento que correspondía.

Sin permitirnos más alargues por las propias urgencias demográficas que vivimos, el largo pero necesario proceso del Censo —la mayor investigación estadística que realiza el país—, está en marcha. Pero, ¿qué es necesario saber?, ¿en qué momento nos encontramos?, ¿cuán importante y pertinente es su realización?

En busca de respuesta, Juventud Rebelde dialogó con Diego Enríque González Galbán, director del Centro de Estudio de Población y Desarrollo de la Oficina Nacional de Estadística e Información (Onei), quien, además, funge como director nacional del Censo.

Para la realización de esta investigación, precisó, existen tres grandes etapas de trabajo que internacionalmente se le conocen como: etapa de pre-empadronamiento, empadronamiento y la fase de pos-empadronamiento.

«Nosotros iniciamos la primera fase desde el año 2020, momento en que se comenzó un trabajo en los elementos que debían estar presentes en la norma jurídica del Censo», comentó.

González Galbán puntualizó que las labores han ido avanzando en la medida en que se ha podido ir cubriendo esta etapa de pre-empadronamiento. Sin embargo, para llegar a la realización final del Censo, afirmó, se requiere todavía de un trabajo organizativo fuerte y extenso.

¿Dónde nos encontramos actualmente?

Ya se comenzó a realizar el registro previo en 109 municipios del país, precisó, el cual forma parte del trabajo necesario y vital que debe hacerse en la actual etapa de pre-empadronamiento.

Poco a poco, este proceso irá extendiéndose a los demás territorios del país, y debe culminar en el mes de julio. En una aclaración importante, González Galbán reiteró que no se deben confundir los términos, pues el registro previo es una actividad que antecede al ensayo censal y al propio Censo. 

El también conocido como pre-Censo, dijo, tiene un doble propósito en esta ocasión. «Por una parte está la relacionada con ubicar en el terreno todas las unidades de alojamiento donde residen personas, y, por otra, la captación de datos georreferenciados de toda la infraestructura económica-social.

«Ese listado que se recoge en el operativo de registro previo sirve para determinar después las cargas de trabajo de cada enumerador y para prepararle su guía de visitas», explicó.

Un punto novedoso

Al abordar en profundidad el tema sobre la captación de datos georreferenciados aseguró que, sobre todo, ilustrará mejor las estadísticas económicas, porque se va a levantar toda la infraestructura que hay en los territorios: escuelas, restaurantes, cafeterías, hoteles, hospitales, farmacias, etc. Dondequiera que exista una actividad económica o se brinde un servicio, precisó, será objeto de un levantamiento censal recogido durante el registro previo.

Para Cuba esto resulta algo totalmente novedoso y, en el mundo, está también comenzando a desarrollarse. «Lo estamos haciendo, dijo, con el propósito de poder ofrecerles a los usuarios nuevas herramientas de análisis», comentó.

A manera de ejemplo, se refirió a los nuevos actores económicos. Ahora que la información llegará georreferenciada, eso les permitirá a los inversores localizar mejor las zonas donde pueden establecer sus negocios, agregó. 

El levantamiento del registro previo conlleva un despliegue de enumeradores importantes en las calles. Actualmente, en muchos municipios del país se está viendo ese personal que, en la mayoría de los casos, son trabajadores sociales.

Durante poco más de dos meses, estos últimos van a sufrir un cambio en su rutina laboral. «Ahora se unirán a nosotros en la etapa que transitamos del registro previo y, posteriormente, para el momento que se realice el Censo», expresó.

En total, son alrededor de 3 800 trabajadores sociales los que hoy están involucrados en la tarea. A pesar de que las personas los conocen en su mayoría, porque cumplen una función importante, ellos siempre deben identificarse en las viviendas portando una credencial con su nombre, recordó. 

Sin duda, resulta una tarea bastante fuerte para los trabajadores sociales, quienes tendrán que caminar varios kilómetros en la ciudad, pero también en los más intrincados parajes rurales y montañosos del país.

¿Qué le sigue al levantamiento del registro previo?

En los meses de septiembre y octubre, explicó el directivo de la Onei, está previsto el ensayo censal. Sería una especie de «minicenso», a pequeña escala, que se hará en el municipio mayabequense de Santa Cruz del Norte, informó.

«Teniendo en cuenta las condiciones que atraviesa el país, tomamos la decisión de llevarlo a cabo en un solo municipio cercano a La Habana, para poderlo monitorear directamente», aclaró.

Comentó que durante esta fase se realizarán, por ejemplo, las 18 preguntas relacionadas con la vivienda y las 23 que
tienen que ver con las personas. «Normalmente el ensayo se realiza un año antes del Censo, pero algunas de las fases pudieran alargarse o acortar en dependencia de las circunstancias», apuntó.

El papel de la población también es fundamental en cada una de las etapas. González Galbán explicó que las personas deben identificar el proceso como útil y necesario para la vida del país. «Por ello es tan importante que comprendan la trascendencia de brindar cada información lo más veraz posible».

La tecnología como protagonista

Toda la información que se recoja en cada etapa, dijo, se hará con dispositivos móviles que poseen GPS, o sea, captan la información de manera georreferenciada. Si algo destaca el Director nacional del Censo es que, prácticamente, todas las fases y procesos no requerirán la utilización de papel. La información, dijo, se anotará ahora en tabletas electrónicas y móviles destinado de forma exclusiva a ese objetivo. Eso, sin dudas, reduce el costo notable del proceso.

¿Por qué llevar adelante un proceso como este? 

Según explica González Galbán, Cuba ha tratado de seguir las recomendaciones internacionales. Aunque los censos son operativos caros, este, refiere, es más económico que los anteriores.

También es cierto que luego de haber atravesado una pandemia, y después de un saldo migratorio negativo en los últimos años, con el que ha descendido la población cubana, resulta imprescindible realizarlo, dijo.

«¿Qué buscamos? Conocer las características de la población que tenemos hoy, evidentemente más envejecida con un 25,7 por ciento de las personas de 60 años o más, pero desconocemos otros elementos, como pueden ser, por ejemplo: la composición por color de la piel, estructura por nivel educacional, etc.

¿Ha podido el fenómeno migratorio afectar el grado de escolaridad en Cuba? Es algo que no sabemos y necesitamos contabilizar», refirió. Otros datos de interés saldrán a relucir como el nivel de ocupación, las personas que tienen pluriempleo y sus características, cuántas se mueven pendularmente para ir a su actividad laboral o estudiantil».

Estos y otros elementos, indudablemente, han variado en la última década. El Censo nos permitirá caracterizar sociodemográficamente a la población cubana. Eso es indispensable para todo, y transversaliza la mayoría de las decisiones en el país, resaltó González Galbán.

 

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