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Dilemas arrendados

La entrada en vigor hace ya tres años de la Resolución 207 del Ministerio del Transporte abrió la posibilidad de poner en marcha mediante el arrendamiento un grupo de ómnibus que estaban paralizados y con ello aliviar el déficit de la transportación pública; sin embargo, ello ha traído consigo desorganización, acceso irregular a los combustibles, precios altos, guaguas sin confort.., como reconocen las propias autoridades del sector

Autores:

Osviel Castro Medel
Adianez Fernández Izquierdo
Lisandra Gómez Guerra
Raciel Guanche Ledesma

Son casi las diez de la noche y a unos cien metros de la terminal de ómnibus nacionales de Bayamo dos anunciadores, alternándose, gritan a todo pulmón: «Vamo’ a La Habana, Habana, guagua a La Habana, Habana…».

Un viajero, mochila en hombro, se acerca al chofer, que, con dos cables en la mano, revisa algún problema eléctrico en la parte trasera del vehículo promocionado. El potencial viajante mira de arriba a abajo el ómnibus, marca Setra, despintado, roído, evidentemente viejo, hasta que le pregunta al conductor el precio de su posible viaje.

«Son 4 500». Su interlocutor da un paso atrás. «¿Y recoge tramos?», vuelve a inquirir el de la mochila. «Sí, ¿hasta dónde tú vas?» «Camagüey», responde el viajero. «Son 2 500».

Al final, el hombre pareció suspender o posponer el viaje porque no abordó el ómnibus. ¿Será que no tenía el dinero del pasaje, superior al del salario de cualquier cubano? ¿Habrá desistido por el aspecto poco atractivo de la guagua?

En esta breve historia se resumen algunos de los problemas y dilemas de los más de 700 ómnibus y más de cien semiómnibus arrendados en el país, al cierre de junio último: precios altos, guaguas sin confort, abordar la guagua o tener que esperar hasta el día siguiente o quién sabe hasta cuándo.

Hace justamente un año un pasaje desde Granma a La Habana costaba de 2 000 a 2 500 pesos. De modo que el precio se ha duplicado, incluso ha tenido períodos, como el verano último, en el que sobrepasó los 6 000 pesos.

Al respecto la bayamesa Lisbet Lobaina Cobas apunta que ella viaja con frecuencia a la capital cubana, pero no puede usar esa alternativa porque su economía no da para eso. «Para muchas personas es un servicio inaccesible, demasiado caro, sabemos que los que lo mantienen hacen gastos personales grandes, pero tal vez puedan revisarse esas tarifas tan altas», dice ella.

Como existen pocas opciones estatales, los ómnibus arrendados resuelven parcialmente el problema en Granma. Foto: Rafael Martínez Arias

Un criterio similar expone Graciela Marrón Piña, quien vive en una comunidad rural a unos ocho kilómetros de Bayamo y viaja constantemente a la Ciudad Monumento: «Cuando he ido de regreso a mi casa, he tomado guaguas que van para Jiguaní, pero generalmente los choferes cobran cien pesos, aunque nos quedemos en localidades del camino y eso es abusivo».

Otro bayamés, Luis Aguilar González cree que, como existen pocas opciones estatales, los ómnibus arrendados resuelven parcialmente un problema. «Al menos si tienes el dinero puedes viajar, peor sería que no tuvieras otra alternativa».

II

La experiencia de arrendamiento tiene como base la Resolución 207 del Ministerio del Transporte publicada en la Gaceta Oficial Extraordinaria No. 68 del 30 de julio de 2021, y como ha dicho Eduardo Rodríguez Dávila, titular del sector, «el concepto original fue recuperar para la transportación pública de pasajeros vehículos en mal estado, que no estuvieran funcionando y que requerían inversiones para su recuperación, las que aportaban los arrendatarios, además de los gastos corrientes para mantener esos medios en funcionamiento».

Al cierre de junio de 2024, se habían arrendado 750 ómnibus y 106 semiómnibus en el país, de los cuales ya estaban trabajando 551 y 49, respectivamente. Aunque resulta una pequeña cifra comparada con la totalidad de estos medios existentes en el país, como señaló Rodríguez Dávila, los medios arrendados han desempeñado un papel activo en las transportaciones tanto locales como nacionales.

Sin embargo, las altísimas tarifas de los ómnibus arrendados hoy van en contra de la Resolución 207/2021, la que plantea como requisito primordial a cumplir por las entidades que prestan servicios de transportación de pasajeros o arrendamiento de medios de transporte: «conformar los precios de venta de los servicios a partir de la ficha de costo, teniendo en cuenta los precios de servicios similares».

Al explicar esta situación en la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Rodríguez Dávila precisó que luego de la Tarea Ordenamiento se hizo una actualización de los precios, pero con el paso del tiempo y el incremento de la inflación comenzaron a desconectarse los porteadores privados de las tarifas aprobadas por el Gobierno y, en realidad, no se produjo tal actualización.

Sobre el tema, Norvis Almenares Vargas, quien posee desde hace más de dos años una guagua arrendada, considera que muchas personas desconocen los esfuerzos que deben realizarse para mantener un vehículo. «Yo cogí un ómnibus de cero, le iban a dar de baja porque estaba podrido y aquí está, andando, sin que me hayan dado un tornillo», explica.

Y agrega que los precios tan altos se deben a que «nos asignan petróleo, pero no nos dan petróleo. Si nos vendieran el combustible a 14 pesos, es una felicidad cobrar 1 300 pesos a La Habana. Si compras en MLC, te sale a 360 pesos el litro y entonces tienes que cobrar 4 000 pesos de Bayamo a La Habana. Sé que hay personas que no pueden darte ni 20 centavos».

Por otra parte, precisa que hoy «una goma cuesta 100 000 pesos y esta guagua usa seis, y nadie hace un negocio para perder». Además, agrega que en los viajes los conductores deben lidiar de vez en cuando con pasajeros que ingieren alimentos, fuman o toman bebidas alcohólicas, sin contar los que «maltratan los carros».

Acota que a principio de año pudo acceder al diésel a 14 pesos y dio viajes desde la terminal,  y cobró 1 300 pesos, pero eso «no se ha dado más».

En esa cuerda, Marilín Méndez, jefa de turno en la terminal de ómnibus nacionales en Granma, recuerda que cuando los ómnibus arrendados comenzaron muchos cargaban desde la terminal; mas ahora «nos pasamos meses y meses sin que entre uno, cargan afuera. Nosotros cobramos 500 pesos por el andén a las guaguas regulares, pero eso hoy casi es inexistente».

El propio Rodríguez Dávila reconoció que, a pesar de que todos los gobiernos territoriales tienen la potestad para poder realizar los procesos de concertación de precios con los porteadores privados, existen otras variables que no están permitiendo que esto funcione bien.

No siempre se les asegura el combustible a precios mayoristas y ellos utilizan vías informales para adquirirlo, lo que termina gravitando sobre los costos del pasaje, refirió. Sobre el acceso a las piezas de repuesto, también destacó que el principal problema radica en que no existe un mercado mayorista donde puedan adquirir los neumáticos, las baterías y otras piezas esenciales, por lo que recurren a la compra a precios elevados.

III

Precisamente en tierras espirituanas, Marcos Calmo Venegas, tapicero de larga data y con licencia para manejar desde 1991, se vio sentado, sin proponérselo frente al timón del ómnibus Daewoo 106 con capacidad para más de 50 pasajeros. «Estaba haciendo trabajos en mi taller y desde la Empresa Provincial de Transporte me propusieron que recuperara ese medio y, posteriormente, lo manejara por el concepto de arrendamiento», cuenta.

Pasados unos cuantos meses devolviendo a la vida el ómnibus y el desembolso de alrededor de 1 500 000 pesos de su bolsillo, Marquitos, como lo nombran dentro y fuera de la carretera, le ha dado la vuelta prácticamente a toda la geografía espirituana en el vehículo de colores blanco y azul.

Sancti Spíritus es la provincia con menor número de medios adscritos al concepto de arrendamiento. Foto: Tomada de Escambray

 «Tengo que entregar 30 000 pesos mensuales a mi arrendador. El resto de lo que facture lo divido en mantener en condiciones el carro, la compra de combustible y mis necesidades personales. Lo más complicado es el acceso al combustible porque como sabemos hay déficit a nivel de país. El precio de los pasajes es el mismo que el de los transportes particulares», añade.

—¿Ha valido la pena o estaba mejor como tapicero?

—Me siento bien. Pero no es fácil. Ahora debo recuperar todas las inversiones. Los pasajeros no entienden, por ejemplo, que si presto el servicio de ir hacia un municipio y recojo por tramos no me da resultado, y dejo de llevar a quienes sí van hasta el destino final.

Este espirituano es uno de los tres choferes de ómnibus que presta servicio público de transportación de pasajeros bajo el concepto de arrendamiento. Otros, por esa vía laboran bajo los intereses de trabajadores por cuenta propia y mipymes, asimismo hay cuatro pendientes por no concluir los trámites establecidos por la Resolución 207 del Ministerio del Transporte.

Y aunque desde 2021 dicha flexibilidad existe, Sancti Spíritus se registra como la provincia con menor número de medios adscritos al concepto de arrendamiento, solo seguido por el municipio especial  de Isla de la Juventud. En tal sentido, José Lorenzo García, máximo responsable en la Dirección Provincial de Transporte en el territorio, asegura que «hemos sido cautelosos en arrendar», porque ha existido como tendencia a nivel de país confusión con el concepto de subutilizado, y se han arrendado medios que podían ser rescatados por las entidades a las que pertenecen.

«También ha sucedido aquí que se ha perdido la oportunidad de arrendar por negligencia, no proceder con agilidad y, de esa forma, se ha perdido el cliente potencial», añadió.

Dichos procederes han impedido el mayor beneficio que ofrece la Resolución 207: la entidad arrendadora aumenta su economía y pone a rodar un vehículo que no puede hacerlo con sus recursos. «Y aunque sabemos que sus tarifas responden a las del sector no estatal, muy por encima del estatal, resulta una alternativa en estos tiempos», acotó Lorenzo García.

Tanto para él como para Raisa Rosas Pinto, jefa del departamento de licencias y permisos de la Dirección Provincial de Transporte en Sancti Spíritus, para no dar pie a las indisciplinas y violaciones urge dejar claro, desde el primer momento, el encargo estatal de la actividad para lo cual fueron arrendados.

«Hay problemas de ambas partes porque en el contrato se deja claro, al igual que en la Resolución 207, que la empresa arrendadora no puede dejar a su libre albedrío el medio de transporte. Tiene que darle seguimiento constante. Por ejemplo, aquí hay arrendado un ómnibus de Florencia, a tantos kilómetros de distancia ¿cómo su entidad puede controlar?», concluyó Lorenzo García.

IV

Otro ejemplo de ese papel protagónico de esta modalidad de transportación la encontramos en Artemisa, una provincia con serias limitaciones para la movilidad de los pobladores, sobre todo, del municipio cabecera hasta La Habana. La cooperativa de transporte de pasajeros de Artemisa desde hace par de años sumó a su parque vehicular dos de estos vehículos, arrendados a la Empresa de Ómnibus Nacionales, específicamente a la UEB Francisco Caamaño.

Jorge Luis Tablada, presidente de esta cooperativa no agropecuaria, aclaró que estos ómnibus estaban en muy mal estado técnico, de ahí que tuvieron que asumir la compra de neumáticos, baterías y otras reparaciones de gran envergadura con tal de ponerlas en condiciones de transportar pasajeros.

Si bien en un inicio ambos vehículos asumieron viajes largos hasta el Oriente del país, la actual situación con el combustible los limita de hacer largas travesías y han optado por los viajes desde Artemisa hasta la Terminal del Lido, en La Habana.

Tablada explica que cada ómnibus da dos viajes diarios de ida y vuelta a un precio de 150 pesos el viaje, precio aprobado por la Administración Provincial y que les permite ser rentables, teniendo en cuenta que solo por concepto de arrendamiento deben entregar por cada ómnibus unos 50 000 pesos al mes, más los otros gastos imprescindibles para mantener los vehículos en óptimas condiciones.

Ya en la terminal artemiseña, conversamos con varios pasajeros que regularmente viajan en estos ómnibus y aluden al confort de los vehículos, climatizados, más el precio del pasaje, muy por debajo de los transportistas particulares. Desde allí, me explican, un viaje a La Habana en camioneta ronda entre los 350 a 400 pesos, y en los paneles algunos aseguran haber pagado hasta 500.

Sobre las relaciones con el arrendado, Tablada explica que son muy buenas, de hecho, cada mes deben llevar los vehículos para una revisión técnica exhaustiva, aunque aclara que todos los recursos van a la cuenta de la cooperativa. Añade que ambos vehículos pueden realizar cualquier viaje que demanden personas naturales o jurídicas, previa coordinación con la cooperativa.

Muy cercana, la mipyme de Transportación de pasajeros y cargas SRL CLV Transervice dispone de cuatro ómnibus arrendados. Tomás León Robaina, el administrador, aludió que estos vehículos se emplean actualmente para la transportación de trabajadores del Gobierno y para el aseguramiento a las actividades de Cultura y Deporte que se realizan en la provincia, aunque ofrecen servicios a personas naturales o jurídicas que requieran de transportes.

También con ómnibus arrendados, Yudel López Pérez, coordinador de un PDL por asociatividad contractual entre varios PDL y trabajadores por cuenta propia en la ciudad cabecera, explica que en estos momentos las dos guaguas están a disposición de las necesidades de la provincia, de ahí que un representante de cada uno de estos ómnibus arrendados participa en las coordinaciones semanales en el Gobierno, donde se precisan los aseguramientos para todas las actividades que se realizan en la provincia.

Lo cierto es que esta modalidad de transportación llegó para quedarse. Si bien se continúa trabajando para perfeccionarla, buscando incluso, como anunció el Ministro del Transporte en días recientes, incorporar para su comercio en la APK Viajando el servicio de transportación de gestión no estatal en los precios concertados, todavía resta camino por recorrer.

«El criterio general si bien es cierto ha permitido poner en marcha un grupo de ómnibus que estaban paralizados, la realidad es que ello ha traído consigo desorganización, acceso irregular a los combustibles y otros materiales, falta de disciplina y en muchos casos una desregularización de los precios. Esto último genera incomprensión en la población al ser vehículos estatales, aunque el modelo de gestión propio del arrendamiento implique costos superiores. Resolver estas irregularidades, forma parte de nuestra responsabilidad», aseguró el Ministro.

Precisiones necesarias

-Las entidades estatales poseedoras de medios de transporte que se encuentren subutilizados pueden formalizar su arrendamiento a personas jurídicas para que realicen transportaciones de pasajeros y cargas con sus fuerzas y recursos, y a personas naturales que presenten un proyecto de interés social o local del territorio.

-Autorizar que las entidades estatales poseedoras de medios de transporte realicen la prestación de servicios de transportación de pasajeros y cargas a cualquier persona jurídica o natural que le solicite el servicio…

-Conformar los precios de ventas de los servicios a partir de la ficha de costo, teniendo en cuenta los precios de servicios similares, los que se aprueban por resolución del jefe de la entidad que presta el servicio, en correspondencia con lo dispuesto, estos deben ser de conocimiento de los clientes, antes de realizar los servicios.

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